El actual ministro de Defensa saudí se perfila como heredero

El príncipe Salman mantiene "gran influencia y poder" entre sus hermanos

Efe / Riad

18 de junio 2012 - 05:03

La muerte del príncipe heredero y ministro del Interior de Arabia Saudí durante casi cuatro décadas, Nayef bin Abdel Aziz, fallecido en Ginebra a los 78 años a causa de una enfermedad, ha dejado abierta la línea sucesoria al trono de este país. Ayer se celebró "una oración por su alma" en la Gran Mezquita de la ciudad santa de La Meca, y hoy será enterrado.

Tras su deceso, analistas y observadores saudíes señalan como principal favorito a sucederle como príncipe heredero a su hermano Salman, ministro de Defensa desde noviembre de 2011, y que recientemente visitó España.

Un experto consultado por Efe destacó que el príncipe Salman, nacido en 1935, tiene "gran influencia y poder" entre sus hermanos y es posible que mantenga el Ministerio de Defensa si es designado heredero al trono.

El analista vaticinó que la cartera de Interior podría ser ocupada a su vez por un hermano de Salman, el príncipe Ahmed, viceministro de ese departamento desde 1975.

Los príncipes Salman y Ahmed son los menores de los Siete Sediriyin, el tronco más ilustre del linaje del fundador del reino, Abdel Aziz al Saud (1880-1953), compuesto por los siete hijos que tuvo con una mujer de la familia Al Sediri.

Sus hermanos mayores eran los fallecidos rey Fahd y los príncipes Nayef y Sultan, además del actual viceministro de Defensa, príncipe Abderrahman, y el príncipe Turki, excluido de cargos oficiales por diferencias familiares.

A partir de ahora comienza un plazo de treinta días para elegir un nuevo heredero al trono, según el artículo 9 del reglamento de la llamada comisión del Baiya (fidelidad), ante la que el rey saudí, Abdalá bin Abdel Aziz, tendrá que presentar un candidato.

Creado en 2007 por el rey Abdalá, el Baiya está compuesto por 35 descendientes del fundador de Arabia Saudí y fue instituido para garantizar el traspaso del poder dentro de la familia Al Saud. Aunque el rey tiene que presentar a su aspirante ante el Baiya, no está obligado a cumplir los dictámenes de ese órgano, que sí serán vinculantes para los futuros monarcas saudíes.

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