La carrera hacia la casa blanca Más allá de la pugna partidista, los dos candidatos han aportado ideas interesantes

La energía se hace campo de batalla

  • Obama y McCain compiten en proponer recetas para lo que más importa a los norteamericanos: el precio del petróleo

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Los planes energéticos de los presidenciables Barack Obama y John McCain se han ganado los atributos de populistas y oportunistas, pero incorporan también medidas que han merecido el calificativo de prometedoras.

Los elevados precios de la gasolina se han convertido en una de las patatas calientes en la batalla por la Casa Blanca dada la dependencia del automóvil de los estadounidenses.

De ahí que tanto Obama como McCain traten de buscar chivos expiatorios a los que presentar ante la opinión pública como responsables de la estratosférica escalada del combustible.

La campaña del demócrata Barack Obama culpa del desaguisado a la avaricia de las grandes petroleras que, dicen los asesores del senador, actúan en connivencia con el actual Gobierno republicano y registran un beneficio récord tras otro a costa del pobre contribuyente.

Y, como prueba, los últimos resultados trimestrales de Exxon Mobil, que registró en el segundo trimestre los mayores beneficios en la historia empresarial de Estados Unidos: 11.700 millones de dólares.

Ese anuncio, divulgado el lunes y que coincidió con un importante discurso de Obama sobre la energía, refuerza ese mensaje al presentar al senador republicano John McCain como un político vendido a los intereses de las grandes compañías petrolíferas.

Las encuestas parecen sugerir que la estrategia tiene lógica política. Así, un sondeo publicado el mes pasado por CNN revela que la mayoría de los votantes cree que las petroleras son las principales culpables de la subida de la gasolina. El senador demócrata hizo hincapié en esa idea en un discurso en Ohio en el que aseguró que la victoria de McCain supondría cuatro años más de la fallida política energética de la actual Casa Blanca.

Su solución al problema pasaría por utilizar las reservas estratégicas, así como gravar los beneficios extraordinarios de las petroleras y utilizar la recaudación para ofrecer un reembolso de 1.000 dólares a las familias con vehículos.

McCain, por su parte, tampoco escatima golpes bajos, como queda de manifiesto en un anuncio reciente que asegura que Obama es en parte responsable de que el precio de la gasolina no deje de subir con su negativa a permitir exploraciones petrolíferas en alta mar. El presidenciable republicano hace hincapié además en que la oposición a la energía nuclear y los elevados impuestos sobre la gasolina explican la situación actual.

Más allá del juego político, medios como The New York Times y The Washington Post señalan que la principal diferencia entre ambos radica en que mientras que McCain apuesta por la perforación de ultramar, las tecnologías de carbón no contaminantes y la energía nuclear, Obama mira hacia las reservas estratégicas como solución a corto plazo y las energías renovables como respuesta a largo plazo.

Por su parte, la revista The Economist destaca en su página web que cuando se dejan a un lado los cálculos políticos y las medidas populistas, ambos candidatos tienen propuestas interesantes.

Los dos, por ejemplo, proponen limitar y negociar con las emisiones de carbono, responsables del calentamiento del planeta.

McCain, además, ha prometido una recompensa de 300 millones de dólares a quien logre un avance significativo en el desarrollo de un vehículo impulsado por baterías.

Obama, mientras tanto, ha propuesto invertir 150.000 millones de dólares en energías renovables en los próximos años .

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