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Reino unido Sarah Brown también ha ido encontrando su camino en la vida pública

La guerra de las mujeres

  • El conservador David Cameron lanza a la arena política a su mujer, Samantha, quien trata de ofrecer una imagen de él más cercana frente a los que lo consideran un 'snob'

En toda campaña electoral moderna también hay un espacio para la mujer. Así ocurre también en el Reino Unido, donde Sarah, la omnipresente esposa del primer ministro, Gordon Brown, ahora tiene competencia con la esposa del rival conservador de su marido, David Cameron, quien poco antes del inicio de la campaña confirmó que estaba embarazada.

Hasta la fecha, la siempre sonriente Samantha Cameron, de pelo castaño, se había mantenido en un discreto segundo plano. Pero cuando faltan pocas semanas para la gran cita se ha decidido dar a conocer a los británicos quién podría ser pronto la nueva first lady. Y los medios no han tardado en titular con War of the Wifes, la guerra de las esposas.

Samantha Cameron, de 38 años, a la que se denomina SamCam, concedió hace unos días su primera entrevista en televisión, en algo así como un intento por hacer menos farragosos temas tan ásperos como la crisis financiera y déficit presupuestario.

Mientras los laboristas han ido recortando la amplia ventaja de los conservadores en las encuestas, el líder conservador, de 43 años, dijo de su esposa cuando la presentó como "su arma secreta": "la van a ver mucho más, ¡Reino Unido prepárate!".

En lugar de hablar de Cameron como político, su esposa habló de él como marido y hombre de casa. Aunque es un excelente cocinero, reveló Samantha, deja siempre "un terrible desorden". Además, siempre deja su ropa por ahí y con su zapping constante por los diferentes canales de televisión la vuelve loca. Suena a un matrimonio de lo más normal, muy humano.

Y es eso precisamente lo que se quiere transmitir, pues muchos británicos le consideran un snob. No en vano, David Cameron fue al exclusivo colegio de Eton, estudió en un círculo elitista de Oxford y se codea con los distinguidos residentes de Notting Hill, un barrio de moda en Londres. También el origen de su esposa pertenece a círculos selectos y está considerada una chica bien. Aunque, por otro lado, estudió Arte, luce un discreto tatuaje e idolatra a la cantante Gwen Stefani.

Asimismo, tuvo poco que ver con los tories antes de conocer a su futuro marido a través de su hermana. Al parecer sus amigos bromeaban con ella sobre su chico tory, con el que ya se comprometió cuando tenía 23 años. En numerosas ocasiones han circulado rumores de que hasta entonces Samantha siempre votaba a los laboristas.

Pero de ello no habló durante la entrevista en televisión. Samantha habló de su Dave, el "padre fantástico". "Estamos juntos desde hace 18 años y puedo asegurar que en todo este tiempo nunca me dejó en la estacada", dijo a la vez que su marido se deshacía en elogios hacia su "maravillosa esposa", "la madre trabajadora y muy exitosa mujer de carrera". Y esa carrera es algo que Samantha, que trabaja como directora creativa para la empresa de material de oficina Smythson, no quiere abandonar aunque su marido llegue a instalarse en Downing Street.

Y a diferencia de Cherie Blair, la esposa de Tony Blair, el predecesor de Brown, ella no tiene ambiciones políticas propias. "No soy política, son una mujer de negocios", manifestó en cierta ocasión.

El matrimonio Cameron fue hasta la fecha más abierto que los Brown. En varias ocasiones David Cameron habló abiertamente de la muerte de su hijo, que el año pasado falleció por una enfermedad. En la actualidad, los Cameron tienen dos niños y esperan otro.

Pero hace poco Gordon Brown habló con lágrimas en los ojos sobre la muerte de su hija pequeña. Y Sarah Brown ha ido encontrando su camino en la vida pública y ahora siempre se la ve en actos benéficos o los desfiles de moda. Y no sólo está presente en Twitter: Sarah Brown, de 46 años y relaciones públicas de profesión, habló en el último congreso laborista de "su marido, su héroe", haciendo pública toda una declaración de amor.

Es cuestionable que la cita del jueves, cuando se celebrarán las elecciones legislativas, dependa de la estrategia de las esposas. "Es despectivo suponer que nosotros sólo votamos por alguien si nos gusta su mujer", criticó Justine Roberts de la red on line Mumsnet.

Y la ministra de Trabajo británica, Yvette Cooper, lamentó: "las mujeres decidirán según la política del partido, no por sus compañeras sentimentales".

A fin y al cabo, sólo hay una mujer que ha dejado un impronta imborrable en Downing Street: la ex primera ministra Margaret Thatcher.

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