El refugiado sirio acogido en Madrid obtendrá el permiso de residencia en un mes
crisis humanitaria en la ue | una nueva vida en getafe
La escuela de entrenadores de fútbol entrega una vivienda a Osama Abdul Mohsen, que reunirá a su familia la semana próxima
Tras escapar de la pesadilla de la guerra, el refugiado sirio Osama Abdul Mohsen y su hijo Zaid están viviendo en Getafe el "sueño de su vida" cuando ni siquiera han transcurrido diez días de aquella zancadilla de una periodista en la frontera húngara. Instalados en su nueva casa la familia ya sabe que tendrá permiso de residencia en el plazo de un mes, lo que servirá al antiguo entrenador del Al-Fotuwa sirio para comenzar a ejercer en la escuela nacional de entrenadores de fútbol (Cenafe); y reunir a su familia en su hogar la próxima semana.
Mohsen y los dos hijos con los que viaja tendrán pronto los papeles en regla -el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, indicó ayer que se legalizará cuanto antes su situación- y el padre de familia podrá estrenarse en su nuevo empleo en unos seis meses, tras cumplirse el plazo legal establecido.
Mientras, Cenafe pagará la casa a cargo de su fondo de solidaridad y el Ayuntamiento de Getafe, donde los vecinos recibieron con los brazos abiertos a los nuevos vecinos, ayudará a la familia a tramitar papeleo y a escolarizar a los menores. Cruz Roja ya les ha ofrecido apoyo médico y psicológico. Osama Abdul Mohsen acude hoy a una reunión en el Ministerio de Interior para comenzar las tramitaciones de la tarjeta roja que le permitirá formalizar su residencia en España y, posteriormente, su contratación.
En inglés, el cabeza de familia se confesó feliz. Ahora su único anhelo es traer a Getafe a su mujer y a sus otros dos hijos, que aún permanecen en un campo de refugiados de Turquía pero están "perfectamente localizados" y podrían viajar a España con prontitud. Para hacerles saber que está bien, la televisión turca acudió ayer a Getafe para que el refugiado pudiera mandar un mensaje a su mujer.
La familia fue invitada a comer a la casa familiar de Labrouuzi, el joven que colaboró en su regreso, en el vecino municipio madrileño de Parla, donde les prepararon comida árabe en su honor. Atrás dejan un viaje desde Siria "muy difícil" en el que sus protagonistas han visto peligrar su vida.
Y para la periodista húngara Petra Lazslo, que lo pateó mientras corría con su hijo en brazos y dio a conocer su historia en todo el mundo, Osama pidió simplemente "justicia". "No la perdono", señaló, porque a sus ojos lo que hizo fue "inhumano".
Desde la que es ya su nueva ciudad, el refugiado aprovechó para dar las gracias, primero, y para pedir al mundo que mire a su gente de Siria, después. "Necesitamos ayuda", espetó.
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