Adiós a una gran dama de la escena española
Con la muerte de Aurora Bautista desaparece una de las grandes estrellas del cine y el teatro español de la segunda mitad del siglo XX.
Con discreción y en la intimidad, los familiares velaron ayer en el Tanatorio de San Isidro de Madrid los restos mortales de la actriz Aurora Bautista, quien quedará en la memoria como "el volcán contenido" de la película La tía Tula. Fallecida la noche del lunes a los 86 años como consecuencia de una infección que no pudo superar, Aurora Bautista, una de nuestras grandes estrellas de la segunda mitad del siglo XX, será enterrada este miércoles.
Su interpretación en La tía Tula (1964), dirigida por Miguel Picazo, es "antológica, un volcán contenido", "llena de sutilezas que demuestran la gran actriz que era", afirma Andrés Peláez, director del Museo Nacional de Teatro y uno de los grandes expertos y conocedores de la historia de la interpretación en España. Bautista era una mujer "de fuerte temperamento, que se volcaba en todo lo que hacía y que empezó su carrera desde arriba", como revela la anécdota de su primera ovación: un mutis en su debut teatral, en el Teatro Español en la obra El sueño de una noche de verano, dirigido por Cayetano Luca de Tena, en 1945.
A partir de ahí, Juan de Orduña la llamó para la película Locura de amor, aunque su papel de la reina Juana La Loca ya estaba comprometido con Mary Carrillo; luego vino Agustina de Aragón (1950), una de las producciones "más caras de la época", recuerda Peláez. Después viajó a América, para desarrollar su carrera en México, desde donde regresó a España, paradojas del destino, recién casada "y en su luna de miel" para el rodaje de La tía Tula con Picazo.
El director, a juicio de Peláez, la sacó del "cine heroico y de aspavientos" para bordar el papel de una soltera compleja, atractiva y maternal, marcada por una férrea moral, que sorteó la censura del franquismo y por el que recibió el Premio Nacional del Sindicato Nacional del Espectáculo. "Fue una gran estrella en la segunda mitad del siglo XX", explica Peláez, quien recuerda que ponía el teatro en pie en el monólogo que interpretaba en Tarta de mujeres, una antología de Benavente que interpretó con otras de nuestras grandes actrices en el Teatro Español. Yerma, puntualiza este experto, fue uno de sus grandes momentos en teatro, a las órdenes de Luis Escolar.
Posiblemente, la última aparición pública de Aurora Bautista aconteció en 2010, cuando recibió el Premio Actúa, la máxima distinción que concede la Fundación Aisge a toda una trayectoria profesional, y que compartió con el recientemente fallecido Sancho Gracia, recuerdan fuentes de la entidad de gestión. Tras recibir el premio de manos de su amiga Asunción Balaguer, la actriz, recitó emocionada su poema favorito, Soneto final de Miguel Hernández, tras reconocer: "merece la pena vivir para pasar una noche como ésta".
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