'Amerrika': Ingenuidad multicultural

Amerrika. EEUU-Canadá-Kuwait, 2009, Drama. 96 min. Dirección y guión: Cherien Dabis. Fotografía: Tobias Datum. Música: Kareen Rouston. Intérpretes: Nisreen Faour, Melkar Muallem, Hiam Abbass, Alia Shawkat, Jenna Kawar, Selena Haddad.

Este primer largo de Cherien Dabis cubre la cuota anual (el año pasado le tocó a The visitor) de ese cine independiente y bienintencionado sobre la inmigración y el choque de culturas, hecho para agradar, vía Sundance, a los espectadores occidentales comprometidos y/o solidarios con causas de actualidad.

Película diseñada para ilustrar debates divulgativos, Amerrika simplifica en clave melodramática las dificultades de adaptación de una mujer palestina (Nisreen Faour) que llega a Norteamérica con su hijo adolescente tras conseguir un visado excepcional que le permite vivir y trabajar legalmente en el país.

Lo que en otras cintas del mismo corte suele ser una odisea de sufrimiento y precariedad en clave social, queda aquí levemente atenuado por las circunstancias no demasiado desfavorables del entorno de la protagonista, una familia que vive con cierto acomodo en una ciudad cercana a Chicago.

Lo que no falta, eso nunca, son las habituales torsiones, azares y caprichos de un guión empeñado en trazar personajes unidimensionales, lugares comunes y situaciones forzadas que obligan a una empatía elemental con los avatares (la búsqueda de empleo, la inadaptación cultural, el racismo acentuado tras el 11-S, etcétera) de un personaje más atenazado por sus propias limitaciones intelectuales y un burdo concepto de la dignidad que por cualquier otra circunstancia adversa que le rodea.

Así, bajo sus formas seudodocumentales (la cinta está producida por la filial de ficción del canal National Geographic) y con su discurso políticamente correcto en el límite de la candidez, Amerrika resulta un melodrama simplista, previsible y, en consecuencia, perfectamente prescindible.