Ann Hallenberg | Temporada OBS

La gran mezzosoprano sueca Ann Hallenberg vuelve a Sevilla

  • Haendeliana excepcional, la cantante nórdica sustituye a la enferma Bonitatibus

La mezzosoprano sueca Ann Hallenberg (Västerås, 1967).

La mezzosoprano sueca Ann Hallenberg (Västerås, 1967). / Orjan Jakobsson

Han pasado ya dos años de su inolvidable debut sevillano. Fue un sábado 20 de enero de 2018 cuando, con la OBS y Diego Fasolis de privilegiados testigos y padrinos, Ann Hallenberg se enfrentó en singular duelo lírico con otra mezzo de leyenda, la americana Vivica Genaux. Su Haendel (como el Vivaldi de la cantante de Alaska) se recordará mucho tiempo en la ciudad.

Su vuelta al Maestranza estaba prevista para dentro de unas semanas, pues Hallenberg interpretará el rol protagónico de la Agrippina de Haendel que el teatro del Paseo Colón ofrecerá los próximos 11, 13 y 15 de febrero, pero los planes se han adelantado. Una enfermedad de la soprano italiana Anna Bonitatibus, que debía unirse a la OBS dirigida desde el puesto de concertino por Andoni Mercero en concierto programado para el próximo sábado, ha permitido que Agripina se exhiba en las tablas maestrantes con anticipación.

Aunque su repertorio es amplio e incluye también música de los siglos XIX y XX, es sobre todo en el ámbito barroco en el que esta cantante sueca, de hermoso timbre plateado, ha destacado en los teatros de medio mundo. El espaldarazo le vino, como ocurre tan a menudo en este ámbito artístico, por una sustitución de última hora. Fue en la Ópera de Zúrich en el año 2003. La sustituida fue la romana Cecilia Bartoli y la obra, Il trionfo del tempo e del disinganno de Haendel.

El éxito la catapultó a la fama y la asoció de forma muy estrecha con el gran compositor de Halle. Casi dos décadas, varias decenas de discos y muchas óperas y recitales después, Hallenberg sigue siendo reconocida como una de las grandes cantantes barrocas de nuestro tiempo.

La sustitución ha obligado a cambiar también el programa previsto, que mantiene las piezas instrumentales (el extraordinario Concierto para cuatro violines de Vivaldi y una Sonata a 5 de Haendel), pero da un giro a la parte vocal de un recital que originalmente se orientaba fundamentalmente al Clasicismo.

El nuevo programa es exclusivamente barroco, con un final dedicado a Haendel

Hallenberg cantará arias de dos compositores poco conocidos, Pietro Torri (c.1650-1737) y Giuseppe Maria Orlandini (1676-1760), el primero de los cuales trabajó principalmente en Bruselas. Orlandini en cambio triunfó en teatros de media Europa para acabar de maestro de capilla de los Médicis en su Florencia natal. Son arias de óperas de la década de 1720 y principios de la de 1730 que presentan el típico virtuosismo de la escuela napolitana. A Torri y Orlandini, Hallenberg añade dos de las arias más famosas de Vivaldi (Sposa son disprezzata de Bajazet y Alma opressa de La fida ninfa), salidas de óperas estrenadas en los años 30, con Vivaldi adoptando ya las exitosas formas napolitanas.

El final del concierto es puramente haendeliano. Además de un par de arias de óperas relativamente poco conocidas (Teseo y Ottone), Hallenberg hará la famosa escena de los celos de Dejanira en Hercules, drama de 1752 y plataforma perfecta para demostrar todo el potencial expresivo de sus poderosos medios.

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