Apoteosis de la Retórica

Andrés Moreno Mengíbar

08 de marzo 2010 - 05:00

Femás 2010. Programa: Vespro della Beata Vergine, de C. Monteverdi. Coro Barroco de Andalucía. Conjunto Instrumental. Les Sacqueboutiers de Tolouse. Director: Lluís Vilamajó. Lugar: Iglesia de la Magdalena. Fecha: Domingo, 7 de marzo. Aforo: Lleno.

Magnífica y brillante apertura de la vigésimo séptima edición del Festival de Música Antigua, con una de esas obras cumbres de toda la Historia, viva y deslumbrante a los cuatrocientos años justos de su edición. Obra liminar, no sólo abre el camino al Barroco, sino que deja ya establecido todo lo que habrá de ser el desarrollo de la retórica de los timbres, de las voces y de los afectos barrocos.

Vilamajó subrayó con maestría los contrastes dinámicos, acentuando y matizando hasta límites insospechados, con briosos ataques (Suscitans, por ejemplo) seguidos de diminuendi perfectos. Muy eficaz resultó el crescendo subrayado sobre la palabra Surge en Nigra sum. Y, ante todo, claridad, de manera que se escuchasen tantos los ostinati del continuo como el cantus firmus o las disminuciones de voces e instrumentos. Ajustadísimo y muy empastado, el coro mostró un enorme grado de madurez, siendo capaz de apianar sin perder calidad de sonido en momentos tan delicados como los del Dixit Dominus. En los pasajes de mayor densidad polifónica siempre sonaron con nitidez las líneas melódicas.

El conjunto de voces solistas supo plegarse a la retórica establecida desde la dirección y consiguió momentos de gran belleza en los concerti. Climent compensó con su magistral técnica para el canto concitato la pérdida de brillo y las notas rozadas, mientras que Gabriel Díaz cantó con enorme gusto en Ave maris stella.

El grupo instrumental aportó su brillo al lujoso resultado tímbrico del conjunto, con unas espléndidas cornetas (magníficas disminuciones de Canihac) y brillantes violines.

Y una sugerencia: si se quiren seguir utilizando las iglesias para futuros festivales, va siendo hora de plantearse otras fechas que no obliguen a terminar los conciertos casi a medianoche por la densa ocupación de la Cuaresma.

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