Borrajo renace más cañero

Javier Paisano

20 de diciembre 2012 - 05:00

Mocho Borrajo en una producción de Alberto Blasco para Suspiro. Intérpretes: Moncho Borrajo y Antonio Campos. Voces en off: JM Bravo y Lucía Bravo. Escenografía: Iván Manzanero. Arreglos musicales: R. Borrajo y Rafael Rabay. Iluminación: José María Gayo. Sonido: Víctor Tomé. Vestuario: Ramón Domarco. Producción: Alberto Blasco. Lugar: Teatro Lope de Vega. Fecha: Miércoles, 19 de diciembre de 2012. Aforo: Completo.

Moncho Borrajo se despidió de los escenarios precisamente en Sevilla cuando decidió volver a casa para cuidar a su padre. Tras su vuelta a las tablas, ha tardado un año en reencontrarse con una ciudad que le demostró anoche que vive un idilio con el showman gallego.

Golfus hispanicus es la respuesta de este cómico a la realidad en la que vive este país que se va definitivamente a la mierda (sic). Borrajo se muestra en plena forma y dispuesto a ser más descarado que nunca, más divertido que nunca y más filosófico que nunca.

Moncho Borrajo ha elegido trasmutarse en un senador romano al que los dioses (esos mismos dioses a los que luego niega en un momento de la representación) le han concedido volver a su Hispania ahora convertida en la España de las autonomías del siglo XXI.

Pero, aunque vestido de senador, poco tarda en aparecer el bufón de la corte de la Corona de España. Ese bufón que es el único que dice las verdades, en este caso, al público.

Mordaz, procaz y cargado de mala leche repasa la actualidad española rozando el libelo y jugando con lo que saben los espectadores para ridiculizar a los poderosos del país, a los políticos y algunos programas del corazón de la televisión.

El público se entrega a Borrajo como si los hechizara y consigue que las dos horas y media que dura su espectáculo se pasen sin darnos cuenta.

Por supuesto que el show tiene bajones, pero el público no los nota, porque va a ver a Borrajo como cuando va a descubrirse ante las grandes divas.

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