SALVADOR TÁVORA, EL LEGADO

Del Cerro del Águila al mundo entero

  • Este martes se cumplen 50 años del estreno de 'Quejío', la arriesgada primera propuesta teatral de Salvador Távora cuya magnífica dramaturgia triunfó poderosamente en el extranjero

Jack Lang, Salvador Távora y Lilyane Drillon en París durante el estreno de 'Quejío'.

Jack Lang, Salvador Távora y Lilyane Drillon en París durante el estreno de 'Quejío'. / ARCHIVO LA CUADRA

Dos días antes, Paquito Fernández Ochoa había conseguido la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Invierno disputados en la ciudad japonesa de Sapporo. Lo de Salvador Távora (1930-2019) también fue un slalom para ir sorteando obstáculos y prejuicios. El 15 de febrero de 1972 se estrenaba en Madrid Quejío, la primera de sus primeras propuestas teatrales, una de las más arriesgadas.

El Távora teatral es un Távora tardío, porque antes hay un Távora obrero (aprendió el oficio de soldador en los talleres de Hytasa), un Távora torero, apadrinado por Rafael El Gallo, el hermano de Joselito, y un Távora cantante que acompañaba a Juanita Reina, Gracia Montes o Macarena del Río por los escenarios de media España. El Távora teatral surge cuando el crítico José Monleón y el empresario Paco Lira cuentan con él para el Teatro Estudio Lebrijano, con el que participará en abril de 1971 en el Festival Mundial de Teatro de Nancy.

"En Nancy empezó todo", cuenta Lilyane Drillon, cómplice y compañera inseparable de las aventuras teatrales de Távora por los cinco continentes a partir de su barrio sevillano del Cerro del Águila. Távora va a interpretar el cante dentro del espectáculo Oratorio, una obra dirigida por Juan Bernabé a partir de un texto de Alfonso Jiménez Romero. Dos hombres de teatro del sur, uno de Lebrija, el otro de Arahal. Dos cimientos fundamentales en la conformación del teatro de Salvador Távora.

Representación de 'Quejío' con su impactante estética. Representación de 'Quejío' con su impactante estética.

Representación de 'Quejío' con su impactante estética. / ARCHIVO LA CUADRA

Algunas de las letras que Távora había escrito con Jiménez Romero para la obra Oratorio fueron el punto de partida de Quejío, que empieza a preparar en los últimos meses de 1971 en un pequeño local de su barrio, hasta que Paco Lira les facilita un local, La Cuadra, que le dará el nombre definitivo a su grupo y resonancia internacional.

Tras Madrid, 'Quejío' se estrenó en la Sorbona de París gracias al apoyo de Jack Lang

Después de su presentación en Madrid, Quejío se estrenó en la Sorbona de París gracias a las gestiones de Lilyane Drillon ante Jack Lang, director y fundador del festival de Teatro de Nancy que con el tiempo se convertiría en ministro de Cultura del gobierno socialista de François Mitterrand. En Nancy empezó todo y tiene razón Lilyane. En la ciudad francesa se produce el estreno de Los Palos en 1975, el año de la muerte de Franco, y la presentación de Herramientas en 1977, el año de la legalización de los partidos políticos y la convocatoria de las primeras elecciones de la democracia.

"Desde los ensayos de Oratorio en una antigua panadería de Lebrija, donde conocí a Salvador Távora", escribía José Monleón, "a la representación de sus Bacantes en el sagrado teatro de Delfos, media una trayectoria tan asombrosa como coherente". Medio siglo después del estreno de Quejío, siguen teniendo vigencia las palabras de Monleón: "Sólo el carácter pequeño burgués de nuestra vida teatral podría explicar la ligereza, y en algunos casos incluso el fastidio, con que nuestro país ha seguido uno de los fenómenos más significativos e insólitos de teatro español contemporáneo".

En enero de 1975, meses después de la Revolución de los Claveles, Távora y La Cuadra fueron invitados a la Campaña de Dinamización Cultural del gobierno portugués y representaron en Tras os Montes Quejío, que ya había triunfado en Puerto Rico, Venezuela, México y Colombia.

'Quejío' marcó todo un hito en su estreno absoluto en Madrid. 'Quejío' marcó todo un hito en su estreno absoluto en Madrid.

'Quejío' marcó todo un hito en su estreno absoluto en Madrid. / ARCHIVO LA CUADRA

Hombres de teatro como José Luis Alonso de Santos, Guillermo Heras, Joan de Sagarra, el propio Monleón o el dramaturgo manchego Francisco Nieva glosaron la trayectoria de Távora en el número monográfico de la revista Primer Acto, Cuadernos de Investigación Teatral. Nieva se preguntaba: "¿Qué hubiera pasado si cuando la tropa del Living Theatre llegó a Venecia y se manifestó en un teatro del Lido con su producción Frankestein en 1962, se hubiera presentado Quejío de Salvador Távora?". "Es tremendamente curioso", añadía, "que el impacto que supone en el extranjero la magnífica dramaturgia de Távora no se comente, se admire y se enfatice aquí, como un bien cultural de nuestro acervo".

Para Monleón 'Quejío' es uno de los fenómenos más insólitos del teatro español contemporáneo

"El arte muere cuando nace del arte". Monleón citaba a Unamuno para destacar las fuentes del teatro de Távora, que no eran Stanislawsky ni Bertolt Brecht, sino el cante, la Semana Santa y los toros. En esta faceta se cortó la coleta cuando el 21 de agosto de 1960, figurando como sobresaliente de Salvador Guardiola en la plaza de toros de Palma de Mallorca, tuvo que matar al toro que acabó con la vida del titular de su cuadrilla.

De Quejío, Los Palos o Herramientas, un teatro de olores y dolores, de sabores y sinsabores, pasó a adaptar textos de García Lorca (Nanas de Espinas), de Eurípides (Las Bacantes) o de Gabriel García Márquez (Crónica de una muerte anunciada). El Nobel colombiano aplaudió la versión cuando la vio representada en un teatro de México. En una ponencia en el V Encuentro Internacional de Teatro Antiguo Griego celebrado en Delfos, presentada el 5 de julio de 1989, Távora reconcilia los materiales de Quejío con los que puede haber en Hamlet o El avaro. "Sófocles, Esquilo o Eurípides, o más tarde Shakespeare o Molière, no fueron escritores de textos para hacer teatro, sino hombres de teatro, artistas, que escribieron textos para los espectáculos que concebían". Monleón bromeaba con que Távora no había leído a Grotowsky, a quien la prensa mexicana atribuyó la inspiración estética de Quejío.

Antes del teatro Távora fue obrero, cantaor y torero hasta que se corta la coleta en 1960

En 1986, Távora recibió de manos del rey Juan Carlos I la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes. El 30 de mayo de 1997, en el Alcázar, fue reconocido junto al compositor Manuel Castillo como Hijo Predilecto de Sevilla, mientras que el torero Curro Romero y el cura y periodista José María Javierre eran nombrados Hijos Adoptivos.

Tan internacional como unos Juegos Olímpicos (Quejío se estrenó el año de los Juegos de Munich precedidos de la matanza de deportistas de la delegación israelí), Távora estaba en Nueva York con su espectáculo Carmen (que estrenó en la plaza de toros de Ronda haciendo el paseíllo con Antonio Ordóñez) cuando se produjo el atentado contra las Torres Gemelas. Fue la única obra que mantuvo sus representaciones pese al magnicidio para elevar la moral de la población.

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