Crisis en el Instituto del Cine tras la dimisión de Susana de la Sierra
El Gobierno nombra a Lorena González, hasta ahora secretaria general del ICAA y de "perfil técnico" celebrado por el Gobierno
El sector del cine, asfixiado por los recortes y deprimido por la falta de apoyos económicos del Gobierno, se ha cobrado su última víctima: Susana de la Sierra (Santander, 1975), ya ex directora general del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), dejó, aparentemente agotada, ese cargo al que llegó en enero de 2012. Aunque eludió las explicaciones de su dimisión, en su entorno no extrañó, ya que llevan meses viendo cómo sus intentos por reavivar la industria se estrellaban una y otra vez contra el muro del Ministerio de Hacienda encabezado por Cristóbal Montoro.
"El Gobierno ha aceptado la dimisión de Susana de la Sierra y es a ella a quien corresponde, en su caso, dar las explicaciones que considere oportuno", dijo ayer la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría; "nosotros -dijo- hemos procedido a su relevo, como corresponde". La sustituirá Lorena González Olivares, hasta ahora secretaria general del ICAA, licenciada en Geografía e Historia e Historia del Arte y miembro del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. El Gobierno alabó el "perfil técnico" de González Olivares, que antes de llegar a la institución que ahora dirigirá fue jefa del área de planificación del Ministerio de Administraciones Públicas, jefa del Gabinete del Secretario de Estado para la Administración Pública y miembro del Gabinete de la Subsecretaria del Ministerio de Sanidad y Política Social.
Según el presidente de la Academia Española de Cine, Enrique González Macho, De la Sierra habría presentado su dimisión al ministro José Ignacio Wert tras comprobar que "no avanzaba" en la resolución de los problemas del sector. "Lo lamento profundamente", añadió ayer González Macho, "a título personal", tras asegurar que "no ha sido culpa de ella" la grave situación de la industria cinematográfica. Según varias fuentes consultadas por Efe, el anuncio de Montoro, hace apenas unas semanas, de que las exenciones fiscales para la producción de cine no recibirían el tratamiento fiscal esperado (por la industria) y se quedaban en un escaso 20% para el primer millón de euros invertidos y de un 18% para el resto, fue definitivo, aunque "no el único motivo". El sector proponía exenciones fiscales próximas a las cifras europeas, en torno al 30%, y durante algún tiempo los rumores parecían apuntar al sí de Hacienda.
La decisión final de Montoro, que invalidó todas esas esperanzas, fue especialmente dolorosa para De la Sierra, que no escondió su disgusto porque ese empuje era muy importante para el nuevo modelo de negocio que preparaba la Comisión del Cine. Además, estaban los recortes presupuestarios, cada vez mayores para su departamento (desde los 49 millones que tuvo hasta los 33,7 de este último ejercicio); el rechazo al IVA cultural al 21%, que Wert se ha negado reiteradamente a reconsiderar; o la falta de pago de las amortizaciones que se deben a los productores desde 2012 y que ahogan a los nuevos proyectos.
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