David Coria | Crítica

Cómplices en las sombras

Un pasaje del espectáculo 'Anónimo'.

Un pasaje del espectáculo 'Anónimo'. / Festival de Jerez

Esta tercera creación de David Coria con su propia compañía, previa a su aclamado Fandango, es un recital de baile, sin pretextos, que se presentó en el Festival de Jerez justo antes de la pandemia. Se trata de una propuesta fresca, con un despliegue técnico a cargo de los tres bailaores notable. Especialmente de parte de su creador, que se luce por seguiriyas, en un delicioso zapateado a dúo con Torres y en la petenera-soleá final.

El zapateado es una composición de Jesús Torres, según creo, que dialoga con la tradición de este estilo con un lenguaje contemporáneo, muy personal. Algo parecido podemos decir de la coreografía de Coria que incluía guiños a Antonio Ruiz Soler siendo una creación rabiosamente actual, con un despliegue de recursos descomunal, de mucha belleza.

Oz y Ramírez también gozaron de espacio para su lucimiento personal, mostrando además una gran compenetración y virtuosismo en los pasos a dos y a tres. La obra presenta una variedad musical muy gustosa con, además de los estilos mencionados, otros poco habituales como la liviana, la rumba de Pepe de la Matrona o una seguidilla de Fernando Sor que ya aflamencó hace unos años Óscar Herrero, que en Anónimo sus intérpretes asimilan a la farruca. La voz de Gema Caballero da solidez y colorido a la obra y Jesús Torres aporta solemnidad en su toque. También los novedosos arreglos de percusión hicieron que la obra se enriqueciera. La puesta en escena es austera, con la consabida (ausencia de) luz del norte que es habitual en la escena flamenca, en la escena, desde hace décadas, salpimentada con algunos toques de humor y/o ingenio.

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