El Diván de Barenboim prepara en Pilas su primera incursión en la ópera

La orquesta actuará el miércoles en el Teatro de la Maestranza, donde interpretará el primer acto de 'La valquiria' y la 'Sinfonía concertante' · La formación volverá a ser residente en Salzburgo en 2009

El maestro corrige a uno de los jóvenes músicos de la formación.
El maestro corrige a uno de los jóvenes músicos de la formación.
Francisco Camero / Sevilla

03 de agosto 2008 - 05:00

Daniel Barenboim prepara estos días en la Residencia Lantanas de Pilas el concierto que ofrecerá la Orquesta del Diván el próximo miércoles en el Teatro de la Maestranza y que ya adelantó este periódico el pasado mes de junio. La agrupación, formada por jóvenes músicos andaluces y de diversos pueblos de Oriente Próximo (especialmente israelíes y palestinos), regresa a Sevilla tras el paréntesis del año pasado, cuando fue invitada como orquesta residente por el Festival Salzburgo. En 2009, avanzó ayer el maestro argentino-israelí, el Diván repetirá este papel en el certamen austriaco, pero ya está "todo arreglado", dijo, para que los ensayos se celebren en Pilas.

Lo que comenzó siendo un "proyecto dudoso", afirmó Barenboim, ha acabado convertido en "un hito" que este año visitará también en su tradicional gira veraniega Madrid, La Rábida y Zaragoza, en España, y dentro de su itinerario internacional, Ravello (Italia), Londres, Colonia, Berlín, París y, por primera vez desde su creación, Oslo, Estocolmo y Copenhague. Estaba previsto también un concierto en Ammán, la capital de Jordania, que ha sido suspendido por "problemas de seguridad ajenos a nuestro proyecto", explicó el músico, acompañado por el presidente andaluz, Manuel Chaves, la consejera de Cultura, Rosa Torres, y Mariam Said, viuda de Edward W. Said, el pensador palestino que junto al pianista y director dan nombre a la fundación -financiada por el Gobierno andaluz y entidades privadas- que sostiene a la orquesta.

El programa que interpretará la orquesta el miércoles está compuesto por el primer acto de La valquiria, de Wagner ("primera aventura en el mundo de la ópera" de este proyecto, para la que contarán con los solistas Simon O'Neill, Angela Denoke y John Tomlinson), y la Sinfonía concertante de Haydn. Entre otros muchos músicos, participarán en el concierto sevillano Feras Machour, palestino residente en Narareth que con 12 años es el integrante más joven de la formación, y el granadino Ramón Ortega, oboe solista de la Orquesta de la Radio de Baviera y "el mejor instrumentista de viento de toda Europa", tal como lo presentó el propio Barenboim. El director ultima el concierto "muy contento" con el rendimiento de sus músicos, aunque consciente de que la "dimensión total" del proyecto no sólo no se ha alcanzado, sino que está "muy lejos".

Claro que esto último escapa a los méritos y esfuerzos de los jóvenes músicos y entra de lleno en la vertiente política de la orquesta. Lo que desea Barenboim es que la agrupación pueda actuar en todos los países representados en la formación, lo que significaría que de todos ellos se ha desterrado la violencia y la inestabilidad. Barenboim sabe que "se necesitan muchas otras cosas aparte de una orquesta para lograr la paz", pero una orquesta, matiza Mariam Said, no es mal comienzo, pues contribuye a la "apertura de las mentes", condición sine qua non para cualquier cambio importante. En este punto coincide con el maestro argentino-israelí, para quien el principal escollo para la paz entre israelíes y palestinos es la "ignorancia de los unos contra los otros".

Barenboim asegura que la única manera de llegar a una solución "justa" para las dos partes es "reconocer los errores del pasado" en un conflicto, añade, que no es "ni militar ni diplomático en el sentido tradicional", sino "humano", ya que estalló porque dos pueblos estaban convencidos de ser dueños de la misma tierra, dice. Y lo que para muchos en Oriente Próximo es ahora el gran problema, para el músico es precisamente el principio de la solución. "Las dos partes -dice el director de una orrquesta que cumplirá 10 años en 2009- deben darse cuenta de que sus destinos están inextricablemente unidos".

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