Exposición

'Divina Alusión': variaciones del arte sacro

  • La Fundación Unicaja presenta en la Casa de la Provincia hasta el 3 de noviembre una selección de sus fondos de arte religioso o sobre la religiosidad

'San Rafael', talla del arcángel atribuida a Torcuato Ruiz del Peral.

'San Rafael', talla del arcángel atribuida a Torcuato Ruiz del Peral. / Belén Vargas

Desde la noche de los tiempos y recogiendo la infinita variedad de la experiencia humana, el arte ha dejado –literalmente– innumerables y bellísimos testimonios de la necesidad de los pueblos por aferrarse a lo trascendente a través de representaciones idealizadas o –conforme fue creciendo el peso de la tradición– codificadas de dicho anhelo. En torno a este motivo, absolutamente central en la historia de la creación artística, gira la exposición organizada por la Fundación Unicaja en la Casa de la Provincia, donde podrá verse hasta el próximo 3 de noviembre.

La muestra, que ha pasado ya por Cádiz, Almería y Jaén y se titula Divina Alusión. Religión y religiosidad en la colección de arte Unicaja. Siglos XVI-XXI, ofrece como ya indica su título una selección de los fondos propios de la entidad financiera que recorre un arco cronológico que abarca desde los albores hispanos del Renacimiento hasta nuestros días.

Rafael Valentín López Flores y Sergio Ramírez González, los comisarios de la exposición, han elegido para ello las 84 piezas –fundamentalmente pinturas, carteles, tallas y esculturas– que conforman esta exposición que ilustra además muchas de las perspectivas desde las que históricamente se ha abordado la cuestión de la fe, desde la puramente hasta la pedagógica, pasando por la reflexiva o la diletante.

Una mujer contempla 'Quiero ser santa', un óleo de Rosalía Banet. Una mujer contempla 'Quiero ser santa', un óleo de Rosalía Banet.

Una mujer contempla 'Quiero ser santa', un óleo de Rosalía Banet. / Belén Vargas

Además, según explica el director de Actividades Socioculturales de la Fundación Unicaja, Rafael Muñoz Zayas, muchas de las obras que recoge la exposición han sido "restauradas para la ocasión". "Y muchas de ellas podrán verse por primera vez en Sevilla", añade Muñoz Zayas, que destaca como emblemas particularmente valiosos tanto por sus valores estéticos como históricos obras como la talla del arcángel San Rafael atribuida al artista del siglo XVIII Torcuato Ruiz del Peral, la Virgen de la Granada, una talla policromada y estofada de la segunda mitad del siglo XVI y autoría anónima, o el óleo Santísima Trinidad, correspondiente al siglo XVII, otra obra que fue realizada por unas manos desconocidas pero sin duda extraordinariamente diestras (los expertos piensan que casi con toda seguridad el lienzo fue obra de alguien integrado en el círculo más cercano de Francisco de Zurbarán).

Muñoz Zayas quiso destacar también, no obstante, otro amplio abanico de artistas "de gran relevancia" y de distintas épocas que suponen también "estupendos alicientes" para disfrutar de la exposición: Enrique Simonet, Carlos Vázquez, Francisco Palma García, Joaquín Peinado, Manuel Mingorance Acién, Francisco de Paula Hohenleiter, Andrés García Ibáñez, Félix Revello de Toro, Eugenio Chicano, Pedro Mora Frutos, Enrique Marty, Rosalía Banet, Jesús González de la Torre...

Los contenidos de la exposición se han agrupado en cinco bloques, de tal forma que, siguiendo un orden no siempre estrictamente cronológico, el primer bloque corresponde al periodo comprendido entre los siglos XVI y XIX, en el que lógicamente abundan las obras pictóricas y escultóricas sacras concebidas con ánimo proselitista, es decir, con una función pedagógica y devocional y con la Pasión de Cristo como motivo con especial predicamento.

En primer término, tallas anóminas de San Francisco de Asís y San Francisco de Padua. En primer término, tallas anóminas de San Francisco de Asís y San Francisco de Padua.

En primer término, tallas anóminas de San Francisco de Asís y San Francisco de Padua. / Belén Vargas

El segundo apartado, Religión y arte popular, está dedicado a la "revolución que supuso el carácter seriado" del arte, pese a lo cual continuaban existiendo "piezas de cariz artesanal" pero ejecutadas ya por una "mano de obra menos cualificada", lo que provocó que el arte religioso, al hacerse más barato (como se puede apreciar por ejemplo en los materiales y soportes empleados: pintura sobre cristal, bordado, esculturas de pequeño tamaño en terracota y cerámica...), fuera más asequible para el pueblo llano.

Siglos XX-XXI. Un nuevo siglo para la religión es el título del tercer bloque e incide justamente ese cambio "drástico" en los patrones religiosos de la sociedad, lo que dio lugar, señala Muñoz Zayas, a representaciones artísticas "de menor alcance espiritual y mayor repercusión estética" que respondían a una mayor cantidad de "variantes estilísticas".

El cuarto ámbito, Religión y fiesta, supone una incursión en el vastísimo patrimonio artístico relacionado con las fiestas populares de Andalucía, tradiciones que desempeñaron "un papel rector en la vida y costumbres de nuestros antepasados y, aún hoy, continúan manifestándose como muestra testimonial antropológica". Evidentemente, en este apartado la Semana Santa cobra un especial protagonismo. Noble metal para noble función, el quinto y último apartado, está consagrado a la orfebrería religiosa, "parte sustancial del entramado religioso de la Edad Moderna".

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