Flamenco

Un 'Don Quijote' urbano y contemporáneo

  • El bailaor sevillano Andrés Marín se inspira en el personaje cumbre de las letras españolas en un espectáculo que se estrena este martes en la Bienal de Flamenco de Chaillot (París)

La relación entre el flamenco y la literatura ha sido siempre intensa y feliz en cuanto a las letras de los cantes se refiere, pero mucho menos afortunada en los intentos de llevar obras narrativas al escenario. En el caso de Cervantes había ya un antecedente muy logrado, que fue aquel Rinconete y Cortadillo que, con coreografía de Javier Latorre y un gran plantel de artistas, se estrenó en la Bienal de Sevilla de 2004. Sin embargo, es la primera vez que Don Quijote se afronta desde el flamenco, aunque lo primero que aclara su protagonista, el bailaor y coreógrafo Andrés Marín (Sevilla, 1969), es que la pieza, una de las más ambiciosas de su ya larga trayectoria, responde más al espíritu del caballero que a las historias concretas que relata Cervantes.

"Dentro de cualquier ficción, yo siempre creo mi propio imaginario, un universo que tiene que ver más con una búsqueda instintiva de lo musical y lo dancístico, por eso he buscado un director de gran experiencia que lo vea todo desde fuera y que se encargue de darle un sentido a los materiales que he creado. En este caso, ha sido Laurent Berger (a quien conocí a través de Rodrigo García) quien, finalmente, se ha hecho cargo de los textos, la dirección y de la dramaturgia de la obra", contaba el coreógrafo durante uno de los ensayos previos a su salida para París.

Los dos directores artísticos del montaje, Andrés Marín y Laurent Berger -entre otras cosas colaborador artístico de Rodrigo García en el Centro Dramático Nacional de Montpellier- han construido un personaje contemporáneo y provocador que vive sus aventuras en el mundo de hoy, una sociedad en la que los convencionalismos imponen su férrea dictadura y donde la imaginación, con toda su fuerza, no basta para restaurar el orden del mundo.

Todos los críticos literarios coinciden en que Don Quijote recibe muchas palizas, tal vez demasiadas, durante la novela y ese es, sin duda, uno de los puntos clave del espectáculo. "La lucha, efectivamente -dice Marín- es uno de los temas centrales del montaje. Los tortazos, los combates no ganados… De ahí la temática deportiva: los guantes de boxeo, las botas de fútbol, etc. Pero también hay otros temas importantes, como el de la libertad de la mujer. Un aspecto que hemos desarrollado gracias a dos mujeres tan extraordinarias como la bailaora Patricia Guerrero y la cantaora Rosario Guerrero La Tremendita, que hace de todo además de responsabilizarse de la composición musical y la adaptación de los textos".

El montaje mostrará también en el escenario al bailaor Abel Harana y a los músicos Daniel Suárez (percusión), Sancho Almendral (violonchelo) y Jorge Rubiales (con la tiorba, un instrumento que de alguna manera sirve de puente con la época del personaje). A él han contribuido además las magníficas luces de Laurent Benard y la escenografía -dos pantallas publicitarias enormes y una pista de skate, entre otras cosas- y el vestuario de Oria Puppo así como los dibujos animados de Gaspar El Pinturillas. Una gran empresa que ha sido posible gracias a la participación, como coproductores, de varios teatros e instituciones, incluida la Bienal de Flamenco de Sevilla y la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Consejería de Cultura, y en la cual la parte del león ha sido asumida por el Teatro Nacional de Chaillot que, además de una aportación económica considerable, ha ofrecido su teatro para las tres residencias conjuntas realizadas por los artistas y para el estreno absoluto de la pieza, que tendrá lugar, como inauguración oficial de la Bienal de Chaillot, el próximo martes.

Hay que decir que Marín, a pesar de que su último espectáculo en solitario, Carta Blanca, tuvo una fantástica acogida en la última Bienal de Flamenco de Sevilla, no se siente profeta en su tierra y considera que siempre ha encontrado las mejores oportunidades en Francia, donde ha tenido ocasión de trabajar también junto a artistas de otros campos artísticos, como el célebre creador de teatro ecuestre Bartabás (con la pieza Gólgota), o con el contemporáneo Kader Attou. En ese sentido, confiesa: "Yo siempre he sido un solitario, un pionero y a veces no he encontrado ayudas porque no he sido nunca un monigote de nadie ni me he dejado manipular por nadie. En esa lucha, sí me siento un auténtico Quijote".

El 'Quijote' actualizado de Marín frecuenta

las pistas

de 'skate'

y se bate

con guantes de boxeo.

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