El director sudafricano Neill Blomkamp asombró al mundo con Distrito 9, un brillante relato de ciencia ficción con una invasión extraterrestre como punto de partida en el que el cineasta conseguía hablar de asuntos como el apartheid y la segregación racial. Elysium, el nuevo proyecto del realizador, que llega hoy a los cines protagonizado por Matt Damon, Jodie Foster, Diego Luna y el protagonista de aquella Distrito 9, Sharlto Copley, confirma esa voluntad del autor de ofrecer un entretenimiento del que se puedan extraer otras lecturas. Elysiumes la estación espacial en la que las clases adineradas han creado -corre el año 2154- un mundo perfecto, lejos del planeta degradado e inhóspito en el que malvive desesperada el resto de la población. Max (Damon) es un tipo al que no le ha acompañado la fortuna y que se embarca en una misión para invadir Elysium, donde se encontrará con la secretaria de Defensa, la Sra. Delacourt (Foster). Un argumento que le permite a Blomkamp no sólo plantear una cinta de acción, sino interrogarse por la abismal brecha entre los privilegiados y la gente corriente.

El cineasta advierte no obstante que no quiere "hacer películas demasiado serias. Me gusta la acción, y desarrollar los aspectos visuales de una película, y para mí todo empieza ahí", apunta. Pero Blomkamp no puede evitar que algunas inquietudes otorguen otra dimensión a la historia que está perfilando. "También me interesa la política, así que una vez que monto el mundo y empiezo a indagar en los personajes y la trama, las ideas políticas que me intrigan se van abriendo paso", cuenta un director que aborda así "algunos conceptos sociológicos" pero que espera que sus obras "no sean ni espesas ni parezcan el sermón de un predicador. Lo más importante es que la película sea entretenida, pero me gusta introducir una historia subyacente que merezca la pena; es algo más que cine de palomitas", explica.

Blomkamp se inspiró en un proyecto real que se barajó en los años 70, cuando se discutió la idea de que el hombre habitara en un futuro estaciones espaciales, pero cree que no hay que apartarse del presente para encontrar reductos aislados de los dramas del mundo como el que retrata. "Cuando vean la riqueza de Elysium frente a la pobreza de la Tierra, algunos espectadores pensarán que todo es mucho más extremo que la realidad, y no lo es, algo parecido ocurre hoy. En la ciudad de México, en Johannesburgo, en Río, observas núcleos de ostentosa riqueza en barrios con seguridad propia, entre un mar de pobreza", asegura.

Elysium supone el regreso a la acción para Matt Damon, que en los últimos años había abandonado un género del que se convirtió en impensado rey con la saga de Jason Bourne. El actor, que tiene pendientes de estreno Behind the Candelabra, el esperado biopic de Liberace en el que acompaña a Michael Douglas, y ha terminado el rodaje de The Monuments Men, dirigida por su amigo George Clooney, concibe así a su personaje: "Da la impresión de que ha sido un delincuente de poca monta, pero en un mundo en el que los recursos son tan escasos y todos se buscan la vida como pueden, él simplemente ha intentado sobrevivir. La vida le ha jugado una mala pasada y ahora se ha resignado a su vida sobre la Tierra", anticipa. "Pero en la película, se topará con una situación en la que se convierte en la única persona capaz de cambiar las cosas".

Jodie Foster, entretanto, promete una villana con matices y motivos para su comportamiento: "Como secretaria de Defensa, entiende que su trabajo es impedir que los inmigrantes entren en Elysium", explica. "Ella recuerda cómo se iba derrumbando la Tierra y el motivo que los llevó a crear Elysium en un primer momento. Sabe lo que sucederá si dejas que entren todos: terminará igual que el planeta Tierra. Darle Elysium a todos significa no dárselo a nadie".