Emilio Goyanes, el mago simpático

Laví e Bel. Autor y dirección: Emilio Goyanes. Intérpretes: Virginia Nölting, Javier Viana, Larisa Ramos, Antonio Leiva, Nerea Cordero, Piñaki Gómez y Javier Parra. Músicos: Javier Viana, José María Pedraza y Miguel María Pére. Escenografía: Carlos Monzón. Vestuario: Marisa Pascual. Iluminación: Miguel Miñambres. Sonido: Juan Guerrero. Distribución: Llanos Díaz. Lugar: Teatro Central. Fecha: Viernes, 1 de febrero. de 2013. Aforo: Medio.

Laví e Bel cumple 20 años. Emilio Goyanes ha sido desde su creación el alma máter de esta compañía con sede en Granada pero con vocación universal.

Ganadora de dos premios Max, Lavi e Bel ha combinado en estas dos décadas el trabajo poético, simbólico y musical con la reivindicación social con una especial sensibilidad por la memoria histórica de un país que se empeña en olvidar su historia y en repetir situaciones que nadie quiere volver a vivir.

Goyanes ha encontrado en el cabaret y en el circo el tema que marca sus trabajos. En ellos se desenvuelve como pez en el agua porque domina a la perfección el tempo del cabaret, los in crescendo de un espectáculo que suele moverse en la cima de la montaña rusa. Las letras de sus canciones, evocadoras y llenas de magia poética saben llegar a ese recóndito lugar de nuestro cerebro que se siente profundamente motivado y hace que los músculos de nuestra cara pasen de la más infinita de las sonrisas a un cosquilleo que provoca la aparición de una lágrima.

El tren de la lluvia no es un repaso de estos veinte años, es una apuesta porque la creación le nace a Emilio aun cuando quiere hacer un resumen. Había números más espectaculares, más bellos, más divertidos pero Goyanes ha escogido los más emotivos. Nos habla de nuestro pasado, de nuestra niñez, de la muerte. No quiere celebrar. En su dualidad poética-política gana la lucha contra una situación inmerecida, contra el horrible momento en el que vive el teatro. De la caída en desgracia de una generación entera que, ahora, debería disfrutar de su trabajo y no sentir que tiene que empezar de nuevo.

De todas formas, felicidades.