Con loores y colores a María

Es muy posible que el Códice Rico, un ejemplar de lujo de las Cantigas de Santa María, se elaborara en el Alcázar sevillano en los amargos años finales del rey Alfonso X. En Las cantigas confluyen un par de importantes tradiciones europeas, la poética, en un doble sentido: alabanzas a la Virgen e historias narrativas sobre su actividad milagrosa, y la lírica trovadoresca, de la que las cantigas forman parte sustancial, con solo la transmutación de la dama invocada, que aquí es la Virgen. La supervivencia de varios manuscritos bellamente iluminados, que documentan modos de vida y prácticas musicales, dan además a este repertorio un valor muy especial en el universo del medievo.

En el octavo centenario del nacimiento del rey Sabio era imprescindible que las Noches del Alcázar le dedicaran un ciclo a su figura a través de sus cantigas, y ese ciclo empezó este sábado de forma estupenda con un concierto del Ensemble Alfonsí en formación de trío. El conjunto liderado por Jota Martínez lleva más de una década trabajando en estas músicas a partir de las réplicas de los instrumentos que figuran en estos manuscritos iluminados.

Hay en este repertorio de naturaleza trovadoresca algunos elementos que conectan fácilmente con la sensibilidad contemporánea: se trata de monodias acompañadas en estructuras de estribillo y coplas, es decir, el esquema básico de las canciones pop de los últimos 70 años. Esta misma forma da mucha libertad a los intérpretes. La melodía está fijada, el ritmo, intuido, resulta esencial, pero el color queda al albur de cada cual. El Ensemble Alfonsí apoyó su recital en la impronta rítmica y la variedad tímbrica: instrumentos de cuerda pulsada, una viola de rueda, arpa, salterio, rota, diversos tipos de flauta, incluido un albogue, poco empleado por los grupos de música medieval hoy, y el típico flautín con tamboril, que ha perdurado en algunas tradiciones populares cercanas.

Se alternaron las estrofas cantadas por los solistas (Alba Asensi y el propio Jota Martínez se fueron pasando el testigo) con los estribillos corales, aunque algunas vueltas se hicieron solo de manera instrumental (e incluso las dos últimas cantigas del programa oficial completas). Son en cualquier caso prácticas habituales en la interpretación de este repertorio. Si por algo se singularizó el Ensemble Alfonsí fue por el cuidado puesto en que todo el ropaje decorativo no ensuciara en ningún momento la línea melódica, combinando una elegante flexibilidad agógica con la más exquisita transparencia.