Esther Regina siente que ha dado, en su carrera, un "paso de gigante" desde los papeles de reparto hasta un protagonista lleno de matices, uno de esos desafíos que llegan en ocasiones muy contadas. La fortuna ha querido que la apuesta que hizo años antes por centrar sus energías en la actuación -oficio que compaginó durante una etapa con su puesto de traductora en Bruselas para la Unión Europea- le proporcione ahora un inesperado estado de plenitud gracias a Ispansi, la nueva película de Carlos Iglesias tras la exitosa Un franco, 14 pesetas. El largometraje, un relato por el que asoma el drama de los niños de la guerra enviados a Rusia, graba hoy sus últimas tomas en el Palacio de Monsalves de Sevilla.

Esther Regina, licenciada en Filología Francesa, soñaba con una oportunidad como ésta desde hacía mucho. Estudió Arte Dramático en Bélgica y recuerda con cariño su paso por el Teatro Español de Bruselas -compañía con la que revivía el repertorio clásico ante un receptivo aforo de espectadores de habla no hispana-, pero había decidido alejarse de las tablas "porque casi siempre hay que montar obras, producirlas, buscar distribución, y ya había tenido bastante en Bélgica con ese tema", confiesa. Experiencias en la televisión -en la que ha participado, asegura, "en casi todas las series, en un capítulo o dos"- y breves apariciones en el cine -Óscar, una pasión surrealista; El cónsul de Sodoma o la mencionada Un franco, 14 pesetas- le iban dando señales de que empezaba a hacerse un hueco en el ámbito audiovisual, en espera de un proyecto más sólido que reafirmara esa certeza. Y ese milagro llegó gracias al apoyo de Carlos Iglesias, que la eligió como la heroína de su cinta.

"Confió en mí desde el principio, desde que la película empezaba a fraguarse, hace ya dos años y medio", rememora Esther Regina. "Grabamos una prueba, en plató, con todo el equipo y una treintena de personas, como si fuera un verdadero rodaje, y con las imágenes se presentó a los productores y éstos dieron el visto bueno. Yo no las tenía todas conmigo, porque pensaba que en ese proceso aparecería una cara famosa con la que yo no podía competir", admite con humildad. Pero Iglesias buscaba a una actriz con el estilo de Betsy Blair, la protagonista de la inolvidable Calle mayor, de Juan Antonio Bardem, y sólo encontraba una fisonomía similar en los rasgos de Esther Regina.

La evolución de Paula, una mujer procedente de una familia conservadora que "por circunstancias del destino y por amor" marcha a Rusia para alejar a un grupo de niños de la barbarie de la Guerra Civil, posibilita a la actriz una exploración constante de la complejidad humana. "Un personaje con tanta riqueza, tantas emociones, tanto drama y también tanta alegría es un regalo", sentencia. Por eso quiere remarcar su "gratitud" a un director que, además, crea un ambiente plácido entre los compañeros. "Los que han hecho pequeñas participaciones se quedan sorprendidos del tono relajado que hay. Carlos es de una amabilidad asombrosa, tiene una palabra de aliento para todo el mundo, y, como es actor, sabe darte un montón de aportaciones para afrontar el personaje", explica.

Una serenidad que Iglesias también traslada al retrato de las dos Españas que esboza Ispansi, de cariz muy distinto al debate crispado de la actualidad. "La película está tratada desde un punto de vista humano, no desde las ideologías. Se muestran los sentimientos de un bando y otro", comenta Esther Regina.

Hoy, el equipo de esta coproducción entre las españolas Maestranza Films y Un Franco 14 Pesetas (la productora de Carlos Iglesias) y la suiza Saga Films pone fin a un rodaje que ha transcurrido entre el Jura en Suiza -paisaje idóneo para aparentar la nevada Rusia- y algunos escenarios de Sevilla como los Alcázares, la Fábrica de Artillería o Carmona. Esther Regina ya teme ese momento en el que tenga que despojarse de Paula, ese personaje que "después de tantas semanas me invade un poco. A veces me pregunto: ¿Qué voy a hacer sin ella?".