El erotismo de Federico García Lorca, el realismo de Gabriel García Márquez y el ingenio de Salvador Dalí confluyeron en las inmortales instantáneas que el fotógrafo colombiano Ruven Afanador tomó en enclaves como el Cortijó Alcalá, en Osuna, o en una finca cercana a Jerez de la Frontera. En ellas inmortalizó a diferentes bailarines desplegando toda su fuerza y sensualidad, captando movimientos capaces de atravesar las propias imágenes. Por su lente pasaron figuras tan relevantes como Eva Yerbabuena, Israel Galván, Matilde Galván o el actual director del Ballet Nacional de España, Rubén Olmo. Fotografías irrepetibles que quedaron plasmadas en los libros Ángel gitano y Mil besos. La pasión del colombiano por el flamenco y por Andalucía se hicieron evidentes en estas sesiones y, a partir de ellas, nace Afanador. El Teatro de la Maestranza acogerá el estreno absoluto de este espectáculo del Ballet Nacional de España mañana y el sábado.

Esta obra "está inspirada en el imaginario de Ruven Afanador con dos trabajos muy importantes como fueron Mil besos, en el que casi todas las figuras femeninas de Sevilla participaron, y Ángel gitano en el que todos los artistas nos prestamos, porque teníamos muchas ganas de gritar un cambio en el flamenco", señaló ayer Olmo durante la presentación del espectáculo en el Teatro de la Maestranza. Plasmar el universo del fotógrafo fue el desafío que asumieron el Ballet Nacional de España y la compañía La Veronal. Una tarea que también acarreaba la búsqueda de un equilibrio para sellar la impronta de ambas entidades.

Al frente de La Veronal está Marcos Morau, quien lleva la batuta de la dirección artística de Afanador. Además de coreógrafo, el valenciano también estudió fotografía y, a pesar de no haber ejercido nunca este oficio, confesó admirar la "mirada" del colombiano. "Cuando le ofrecí a Rubén mi idea de hacer algo sobre Afanador fue como un match, porque él formó parte de las sesiones", explicó Morau. A partir de esta semilla ambos recorrieron un camino a lo largo de tres años en el que se dedicaron a "coser este proyecto, intentando acercarnos al imaginario de Afanador", señaló el director creativo.

En este sentido, puso especial énfasis en que el espectáculo no retrata el flamenco, "he intentado dar un paso al lado y hacer una reinterpretación a partir de mi punto de vista como creador del siglo XXI". Por tanto, la obra parte de los personajes y composiciones del fotógrafo, pero también "de su monstruosa y grotesca mirada" hacia este género. El público encontrará en Afanador al Ballet Nacional de España, "pero también animo a que el que venga a este estreno lo haga con la mente abierta, porque van a ver otra cosa", manifestó Morau y puso en valor que "lo novedoso es lo que nos enfrenta al cambio y en este espectáculo vemos cómo la tradición se enfrenta al progreso".

La obra parte de las fotografías que Ruven Afanador plasmó en ‘Mil besos’ y ‘Ángel gitano’

De este modo, un cuerpo compuesto por 34 bailarines se subirán a las tablas del Teatro de La Maestranza, acompañados por el cantaor Gabriel de la Tomasa, los guitarristas Enrique Bermúdez y Jonathan Bermúdez e Iván Fernández y Roberto Vozmediano a la percusión. La escenografía se debe al dramaturgo Roberto Fratini Serafide, el diseño audiovisual es de Marc Salicrú y el diseño de iluminación de Bernat Jansà. Además, el propio director del Ballet Nacional se subirá al escenario. "No podíamos dejar de usar a una figura como Rubén Olmo que encima estuvo en la sesión. Para mí es una coincidencia mágica que teníamos que aprovechar", valoró el director creativo y explicó que Olmo "aparece de entre los muertos y nos brindará un momento estelar al reproducir escenas que sucedieron en esa sesión".

Precisamente, sobre esta jornada junto a Afanador, Olmo recordó que bailó "un espectáculo durante horas y él no molestó ni habló, tenía clara las horas en las que tomaría las fotografías, la luz y el concepto y salió un trabajo maravilloso".

Ambos confirmaron que el fotógrafo estará en el estreno –que no podía ser en otro sitio que en Sevilla– pero no sabe nada sobre el resultado final. El colombiano dio carta blanca para que los artistas crearan su propio Afanador a partir de unas instantáneas que plasmaron la esencia de un género tan inmortal como las propias imágenes.