Muere Gabriel Moreno, un cantaor completo

Gabriel Moreno | Obituario

El cantaor de Linares, uno de los más populares en su tiempo y que popularizó los tangos de Jaén, ha muerto a los 77 años

Gabriel Moreno, con la guitarra de Raúl Cantizano, en Sevilla.
Gabriel Moreno, con la guitarra de Raúl Cantizano, en Sevilla. / Cortesía Cicus

Ayer se fue el amigo y maestro Gabriel Moreno (José Gabriel Moreno Carillo, Linares, 1941-Madrid, 2019). La última vez que pudimos ver en escena al de Linares fue precisamente en Sevilla, dentro del ciclo Trastablaos que organiza el CICUS, en marzo de 2012. En aquella ocasión, Moreno hizo un exhaustivo repaso a su peripecia vital. Pero también quiso cantar y, con la guitarra de Raúl Cantizano, demostró que se encontraba en plena forma física. Moreno fue un gitano de la posguerra que encontró tempranamente en el cante una vía para salir de la miseria. En Sevilla nos contó cómo se inició en un programa radiofónico de Málaga como niño prodigio a los 8 años pasando enseguida a los tablaos madrileños, en especial el Corral de la Morería, y a obtener, siendo apenas un adolescente el premio de honor en el Concurso de Córdoba en su edición de1957. De ahí pasa a militar en diferentes compañías, las de su prima Fernanda Romero, Lucero Tena y Serranito, hasta formar la suya propia, con las que recorrerá el mundo. También nos contó sus peripecias americanas, permaneciendo cuatro años en Nueva York, y la despedida que le dio Sabicas a su regreso a España, en una fiesta en la que el maestro de Pamplona incluso se dio una vueltecita por bulerías. En los años sesenta fue de los pocos flamencos en atreverse a cantar en la Unión Soviética. Fiel seguidor de la escuela sevillana de los Pavón, fue un espléndido intérprete de los cantes de su tierra, tarantas de Linares y tangos jiennenses, que él salvó del olvido en la versión de su madre La Carlotica. Algo parecido podemos decir de la malagueña del Personita. También es autor de un fandango con sello propio. Su estilo, felizmente salvado para la posteridad en una discografía muy extensa, articula el legado clásico con un sonido contemporáneo. También ha interpretando y registrando en disco La vida breve de Falla con la Orquesta Nacional de España. Enciclopédico y magistral, su estilo es limpio, pulcro, edificado sobre la base de su enorme dominio rítmico, su amplio registro vocal y su belleza tímbrica. Desde los años 60 grabó ininterrumpidamente con las guitarras de Serranito, Félix de Utrera y Ramón de Algeciras, entre otros. Su última obra, autoeditada, fue Mirando atrás sin ira (2010). Gabiel Moreno fue "un cantaor completo", como tituló José Blas Vega a la antología de sus cantes para Hispavox grabados en los 60 y 70, ya que dominaba con el mismo magisterio los estilos rítmicos como los de alambicada melodía de filiación minera, que eran los de su tierra. No hay estilo jondo que se le haya resistido. Respecto a los tangos de Jaén, Moreno nos aseguró que se trata de unos cantes recreados por La Carlotica aunque en su factura encontramos melodías y letras que remiten a los cantos de alborada y a la lírica de frontera de la Edad Media. En su discografía sobresalen el disco que grabó con los cantes de Tomás Pavón y la Niña de los Peines y uno completamente cantado en caló, un experimento que nadie ha sido capaz de repetir.

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