El escritor sevillano Isaac Rosa se ha propuesto llevar a los lectores hasta El país del miedo con su nueva novela, en la que presenta un catálogo de los temores compartidos que dominan las sociedades modernas y condicionan la vida de sus habitantes.

El país del miedo surgió de la necesidad de hacer una reflexión sobre el miedo ambiental, "que es uno de los temas centrales de nuestro tiempo, pero del que se escribe poco", explica Rosa. "Vivimos en un permanente estado de alerta ante amenazas relacionadas con el terrorismo, el transporte o la delincuencia. Somos una sociedad gobernada por el miedo", afirma el escritor, Premio Rómulo Gallegos 2005 con su segunda novela, El vano ayer.

Rosa (Sevilla, 1974) se propuso identificar esos "miedos contemporáneos", determinar su origen y establecer a quién benefician. El resultado fue El país del miedo, una novela que alude en su título a un lugar imaginario en el que se harían realidad todos nuestros temores.

A este lugar inquietante llega, empujado por sus miedos cotidianos, el protagonista de la novela, un padre de familia que vive en una zona residencial de una gran ciudad. Carlos teme sufrir una paliza, ser asaltado en la calle, sufrir un robo en su casa mientras duerme o que secuestren a su hijo, Pablo. Son miedos comunes, que se apoderan de Carlos cuando él y su mujer descubren que Pablo es extorsionado en el instituto por un compañero, un muchacho conflictivo y violento. Atenazado por sus temores, Carlos emprenderá una búsqueda desesperada de protección para él y su familia.

"Hay miedos ambientales que son propios del primer mundo, de las clases medias, de las grandes ciudades, que nos colocan en una situación de vulnerabilidad y que hacen que demandemos protección y que nos arrojemos en brazos del primero que nos ofrece seguridad", asegura Isaac Rosa.

El escritor sevillano y residente en Madrid, que publica este libro un año después de Otra maldita novela sobre la Guerra Civil, considera que el primer paso para desenmascarar el miedo es preguntarse "quiénes son los beneficiarios de ese miedo". Y concluye que "el primer beneficiario de que haya una sociedad atemorizada es el poder, que consigue ciudadanos más dóciles", un principio que relaciona con la política de George Bush tras los atentados del 11-S. "El miedo -prosigue- ha sido siempre un instrumento de gobierno, siempre se ha utilizado una amenaza para mantener a la ciudadanía cohesionada en el miedo". Esto, según Rosa, "justifica el recorte de libertades" en las democracias occidentales y es lo que hace que "a cambio de protección aceptemos que nos humillen en los aeropuertos".

El escritor distingue además otros beneficiarios, de tipo fundamentalmente económico. "Hay toda una industria del miedo que vive de nuestro temor y que gira en torno a la protección. La oferta de seguridad genera su propia demanda histérica", señala. Rosa considera que "objetivamente somos la sociedad más segura de la historia", lo que no impide que nos sintamos más inseguros, "porque estamos obsesionados con la seguridad más absoluta".