El granadino José Julio Cabanillas presentó ayer en la Feria del Libro Después de la noticia, un poemario editado por Metropolisiana en el que el autor parte del fallecimiento de su madre para acabar emprendiendo "un viaje a la vida y la luz".

Cabanillas no oculta que "la materia de un escritor es su vida" y retrata con una sensibilidad exquisita el estremecimiento posterior a la muerte de un ser querido. Hay en la recreación de ese familiar una pretensión de salir de las sombras de la pérdida, "como cuando Machado llora la muerte de Leonor y dice: Late, corazón… No todo se lo ha tragado la tierra". Aunque en esa aceptación de los hechos también irrumpa el incómodo escozor de la derrota: Sentado en esta silla, como ropa vacía, / yo pude ser mil hombres. Soy ninguno, escribe Cabanillas en un poema, Midnight Dreams, sobre los sueños que no se materializaron.

Después de la noticia avanza hacia los escenarios de la infancia, un fragmento en el que la nostalgia rescata del limbo un rosario de imágenes. "Me crié en el pueblo de mi madre, en Torredonjimeno; paseaba por el campo con mi abuelo... Mi infancia allí fue determinante para que ahora sea quien soy", afirma Cabanillas. El ejercicio es ciertamente doloroso, porque "la casa donde pasaba ese tiempo desapareció, pero para eso sirve la literatura: para levantar los edificios que desaparecen".

El trayecto termina en la armonía, en la dicha de un hombre que dialoga con la naturaleza y parece encontrarse en ella. Esta lluvia / de pétalos al vuelo, esta primera comunión / del verano, celebra Cabanillas desde esa serenidad reconquistada. No es casual que San Juan de la Cruz, "el mejor poeta de la literatura en castellano", protagonice uno de los poemas. "Habría dado una mano por pasar un día con él", reconoce sobre el máximo referente de su poesía.