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Cultura

Lorca vuelve a suspirar con La Habana de fondo

  • '¡Oh, Cuba!' llevará a escena el idilio entre el poeta y el "paraíso" insular este verano en la Alhambra

"Esta isla es un paraíso. Si me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba". Lo escribió de su puño y letra Federico García Lorca en una carta que envió a sus padres estando en el país caribeño. El poeta granadino residiría tres meses en aquel paraíso de fuego y danza, justo después de pasar casi un año en Nueva York disfrutando de una estancia en la Universidad de Columbia. Aquel viaje dejaría una honda huella en él, tanto que luego quedaría recogido en Poeta en Nueva York: "Pero el barco se aleja y comienzan a llegar, palma y canela, los perfumes de la América con raíces, la América de Dios, la América española. ¿Pero qué es esto? ¿Otra vez España? ¿Otra vez la Andalucía mundial? Es el amarillo de Cádiz con un grado más, el rosa de Sevilla tirando a carmín y el verde de Granada con una leve fosforescencia de pez".

Los espectadores suspirarán como lo hizo el artista, con La Habana y la luna de Granada de fondo. Lo harán del 18 de julio al 26 de agosto en el Teatro del Generalife gracias a ¡Oh, cuba! Federico García Lorca. Son Flamenco, un espectáculo que aunará danza, música, en especial flamenco y son cubano, e interpretación dentro del programa Lorca y Granada en los Jardines del Generalife. "Lorca decía: Yo no quiero actores sino hombres de carne y mujeres de carne. Eso es lo que tiene este espectáculo. ¡Carne, sensualidad! Es a través del erotismo como él encuentra una nueva manera de expresarse. Existe una idea de que la vida la podemos conocer a través de la inteligencia, lo apolíneo, pero esta vez cuando llega a Cuba descubre que tiene un cuerpo, que la vida la podemos percibir con el tacto, el baile, la música, el trance de lo carnal", explica entusiasmado Francisco Ortuño, el dramaturgo y director del montaje y experto en la figura del poeta.

La fusión entre España y Cuba se materializará gracias a Antonio Carmona, encargado de la composición musical; Adrián Galia, el coreógrafo; y Diego Franco, quien firma las canciones flamencas. La propuesta, que tiene a 23 artistas en nómina, contará con la colaboración de Alina Sánchez, una de las voces líricas cubanas más conocidas; de los solistas del Ballet Español de Cuba en el 30 aniversario de su nacimiento; y de las coreografías de su director Eduardo Veitía. "En esta obra vamos a intentar transmitir esa fusión necesaria, ese cruce de culturas. ¡Es puro sexo! ¡Es carne y sexo! El sexo es el encuentro entre dos fuentes diferentes que comparten genes", argumenta Ortuño.

El repertorio musical incluye un recorrido por los palos flamencos clásicos puros, como la seguiriya, y otros más contemporáneos y novedosos como la galiana, creada por Galia. El son flamenco que baña toda la obra aparece hibridado con ritmos afrocubanos -Amadeo Roldán, Caturla, Lecuona, danzas ñañigas-, fusionados de zapateados y hasta un rap-repentismo flamenco, que bebe de la improvisación que se hace en una actuación de repentismo cubano. No faltarán pinceladas de la música clásica que acompañó a Lorca en la isla y danzas flamencas que homenajean el encuentro con Cuba y la Escuela Bolera.

A la música y a la danza se suman además textos inéditos que el artista dejó por allí. "Hay algunos poemas que publicó en revistas cubanas y luego los cambió. Por ejemplo en Poema doble del lago Eden aparecen dos. El que escribió en Cuba es una versión más larga. Luego tiene otro que se lo dejó escrito en una servilleta a un amigo, Teorema de amor. Ese lo cantaremos aquí. Vamos a introducir una parte inédita en el soneto Yo sé que mi perfil será tranquilo. Cuando lo dejó en Cuba, tachó un terceto y puso otro. Ese estará", desvela el director del espectáculo.

Una de las piezas fundamentales de ¡Oh, Cuba! Federico García Lorca. Son Flamenco será la actriz Loles León. "Es el personaje que interpreta el duende nocturno de Lorca en Cuba. Eso hace que deambule con total libertad porque no es una historia psicológica; este montaje son golpes de emoción, latidos, ese duende pasa de representar a Lorca, a un amigo suyo, al pueblo que lo escucho. Es la voz de Lorca", comenta el dramaturgo, que piensa que en el espectáculo hacía falta una intérprete "creíble y querida por el público". León no dudó en devolverle el cariñoso gesto durante la presentación del montaje en el Palacio de Carlos V de la Alhambra: "Me va a cambiar la vida este papel y daré mi piel y mi corazón. Esto es lo que me enseñó Lorca de Cuba. ¡Oh, Cuba! es algo poderoso, alegre, brillante y luminoso".

A ver si para entonces el legado del poeta está en su sitio.

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