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Marta Montes, fundadora de Babidi-bú: "Una buena literatura infantil es la responsable de un buen lector adulto"

Marta Montes, fundadora de Babidi-bú.

Marta Montes, fundadora de Babidi-bú. / M. G.

Mantener a flote el navío de una editorial local especializada en apostar por las historias para niños y jóvenes es toda una gesta en plena era de la digitalización. Al frente del buque Babidi-Bú, que zarpó hace exactamente una década, está Marta Montes. Una capitana que tiene claro que el valor diferencial de su sello es la tripulación que la acompaña en la difícil travesía. No duda en afirmar que la felicidad de su equipo es fundamental para que los escritores y lectores puedan apreciar la calidad del servicio que ofrecen.

–Dirige una de las pocas editoriales centradas en literatura infantil y juvenil de Sevilla, ¿cómo ve el sector teniendo en cuenta además el reciente cierre de tres librerías insignes?

–El sector de las librerías y la industria editorial ha afrontado numerosos desafíos en los últimos años debido al cambio en los hábitos de lectura y al auge de los formatos electrónicos y las plataformas digitales. Esto ha llevado a una transformación en la forma en que se consume y distribuye la literatura. El cierre reciente de varias librerías icónicas de Sevilla puede ser indicativo de los retos económicos que afronta el sector, como la competencia de las ventas online y los altos costes de mantenimiento de una tienda física. Sin embargo, también es importante destacar que muchas librerías independientes han logrado adaptarse y sobrevivir al ofrecer experiencias únicas, eventos literarios, clubes de lectura y servicios personalizados que atraen a un público específico.

–¿Qué les hace diferentes respecto a otras que están en el mercado?

–Son muchas las razones pero, tras diez años de experiencia y de crecimiento, estoy totalmente segura de que el factor diferencial más absoluto es la gestión de las personas que conforman mi equipo. Tengo muy claro que mis empleados deben trabajar en un entorno feliz para desempeñar su labor de manera que, a su vez, puedan dar el mejor servicio a los autores y los lectores. Es una cadena honesta que funciona: servicio y calidad.

–Se caracterizan por apostar por los autores emergentes, ¿cómo es el camino para abrirse hueco con tanta oferta?

–La industria editorial ha estado, durante muchos años, anquilosada ante la posibilidad de publicación de autores desconocidos que enviaban sus manuscritos. El lanzamiento de una obra es muy costoso y el sector ha querido ir a lo seguro, dejando por el camino mucho contenido interesante. La reciente incorporación de la impresión digital y las nuevas fórmulas de colaboración han dado la oportunidad de abrir las puertas a muchos escritores emergentes.

–¿Cómo se fragua la relación entre la editorial y el escritor?

–Pues es una relación que llega a ser a veces casi familiar en muchos casos, dado el tiempo que se tarda en la edición y posterior publicación de cada libro. El autor de una obra infantil suele ser una persona con muchas inquietudes y empatía, capaz de comprender cada parte del proceso, de dejarse enseñar y de llegar a consensos en ánimos de alcanzar el mejor resultado.

–Arriesgan en cuanto a las temáticas de sus libros y cuentos abordando temas como la diversidad, la integración o el respeto al medioambiente. ¿Es más necesario que nunca este arrojo?

–El arrojo de tratar estas temáticas en la literatura es necesario para promover la diversidad, la inclusión y la conciencia ambiental. Al hacerlo, se fomenta una sociedad más justa, equitativa y sostenible. Los autores y editores tienen la responsabilidad de utilizar su creatividad para difundir mensajes constructivos que inspiren un cambio positivo en la sociedad.

–No solo apuestan por la variedad temática, también por la lingüística. Entiendo que creen en la literatura como uno de los vehículos principales para el impulsar las lenguas minoritarias.

–¡Absolutamente! La literatura desempeña un papel crucial en el impulso y la preservación de las lenguas minoritarias de España. Son parte nuestro patrimonio y, a través de la literatura, se pueden transmitir historias, tradiciones y conocimientos propios de nuestras diferentes culturas.

–¿Por qué cree que, en ciertos círculos literarios, consideran la literatura infantil y juvenil como de segunda división?

–La verdad es que llevo tantos años con la cabeza al 100% en la literatura infantil que soy totalmente contraria a esta creencia. Una buena literatura infantil es la responsable de que existan buenos lectores adultos y buenos escritores de literatura para adultos.

–En toda vuestra historia, ¿hay alguna temática que se hayan negado a publicar?

–Obviamente. Recibimos mucha demanda de publicación de manuscritos de todo tipo. La lectura, clasificación y elección de los que nos interesa incluir en nuestro catálogo es un trabajo muy lento y minucioso. En ocasiones nos llegan cómics con contenido demasiado violento o gráfico que desechamos. Más que temáticas, nos negamos a publicar manuscritos con leguaje inapropiado u ofensivo. Y, obviamente, cualquier contenido que promueva el odio o la discriminación, o temas que podrían generar miedo o ansiedad.

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