La 'Medea' de Plaza y Ana Belén arranca en Sevilla su gira española

El director y la intérprete ofrecen hasta el domingo en el Lope de Vega una aproximación alternativa al mito a partir de textos de Eurípides, Séneca y Apolonio adaptados por Molina Foix

José Carlos Plaza explica los entresijos de su 'Medea', flanqueado por las actrices Consuelo Trujillo y Ana Belén.
José Carlos Plaza explica los entresijos de su 'Medea', flanqueado por las actrices Consuelo Trujillo y Ana Belén.
Charo Ramos Sevilla

15 de octubre 2015 - 05:00

Fue uno de los estrenos absolutos más celebrados del último Festival de Mérida y al fin inicia su gira española, hoy en el Lope de Vega de Sevilla, donde podrá verse hasta el domingo. Medea, la tragedia de la princesa hechicera e infanticida, es una de las cimas de la literatura grecolatina que aquí se vierte en la adaptación que Vicente Molina Foix ha preparado a partir de los textos de Eurípides, Séneca y Apolonio de Rodas e incluso de los relatos poemáticos de Ovidio. Por eso en esta versión, que dirige José Carlos Plaza, el mundo propio de Medea se enriquece con otra leyenda igualmente poderosa: la búsqueda del Vellocino de oro emprendida por Jasón y los argonautas. A Medea la interpreta una de las grandes divas de la escena española, Ana Belén, que en su dilatada experiencia teatral incluía la preparación con Plaza de Electra y Fedra. Su desgarradora interpretación parte, aseguró la también cantante, "de mis emociones. Cada actor trabaja con lo que tiene dentro de sí, con su propia verdad". Adolfo Fernández encarna al hombre ante el que Medea sucumbe y por el que decide renunciar a sus raíces, a su familia y a sí misma, Jasón. El otro puntal actoral es Consuelo Trujillo, que en su papel de la nodriza acaparó en Mérida intensas ovaciones.

Para José Carlos Plaza, esta Medea compone, junto a Fedra y Electra, "un auténtico canto a la revolución". Su propósito no es juzgar a Medea, "sino plantear y tratar de entender las motivaciones que la llevan, cuando la afrenta y la injuria llegan al límite, a romper el orden establecido y a darle la vuelta a todo, incluido ese sentido de la maternidad que muchas culturas consideran esencial en la mujer".

Sobre la peripecia de la amante que en su despecho se convierte en inmigrante y la suerte de quienes la rodean, Consuelo Trujillo aseguró que "nosotros procuramos que la catarsis que encierran las palabras de Eurípides, Séneca y Apolonio se hagan voz y alma. Los actores tenemos una oportunidad inmensa como transmisores de ese dolor".

En su reformulación para el escenario del Lope de Vega, de menor tamaño que el de Mérida, Plaza cree que la obra puede "perder espectacularidad, pero también ganar en fuerza y subjetividad". A ello contribuirán sin duda las aportaciones del equipo artístico, con el maestro Pedro Moreno a cargo de un vestuario que acentúa el funesto desarraigo de Medea.

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