Dale duro. Comedia, USA, 2015, 100 min. Dirección: Etan Cohen. Intérpretes: Will Ferrell, Kevin Hart, Craig T. Nelson y Alison Brie. Guión: Ian Roberts, Etan Cohen y Adam Mckay. Fotografía: Tim Suhrstedt. Música: Christophe Beck.

Nuevo vehículo cómico para Will Ferrell, si acaso el pivote más sólido y desquiciado sobre el que gira la vertiente más iconoclasta de la Nueva Comedia Norteamericana (Anchorman, Hermanos por pelotas, Pasado de vueltas, Patinazo a la gloria, Casa de mi padre), Dale duro asume peajes molestos, a saber, la estructura de la buddy movie, aquí apuntalada en la presencia del cómico afroamericano Kevin Hart, el desarrollo de su guión, rutinario, blandito y decepcionante in extremis, o unas inevitables formas televisivas, para regalarnos un puñado de momentos estelares de auténtico delirio cómico en los que la corrección política se queda en pañales y bien lejos de un discurso, el enésimo, sobre la crisis de la masculinidad apuntalado a golpe de chistes genitales, homófobos y xenófobos y la consabida dosis de escatología y autoflagelación que ponen a prueba la resistencia de los vigilantes de la moral y las buenas costumbres en esto de la comedia y sus estrategias.

En Dale duro encontramos de nuevo el cuerpo desgarbado e imposible y la palabra surreal de Ferrell en constante pelea con el entorno, intentando ejercitarse de cara a una inminente entrada en prisión, un cuerpo expuesto al escarnio, el infantilismo y el disfraz que vuelven a funcionar aquí como contrapunto de supervivencia en un mundo de banqueros corruptos, gánsteres paródicos y minorías étnicas, dianas de todos esos chistes que superan siempre por un milímetro el límite de la mesura. Contra ellos sólo queda el arma de lo impúdico, el llanto patético, la cobardía masculina, la pelea perdida de antemano, el slapstick bochornoso, y ahí Ferrell tiene pocos que le ganen la partida.