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Miguel Poveda | Crítica

Una imagen olvidada

Miguel Poveda en su vuelta a los escenarios.

Miguel Poveda en su vuelta a los escenarios. / Jesús Jiménez Hita

El posconfinamiento nos ha devuelto una imagen que parecía olividada, pero que, una vez comprobada, resultó que estaba agazapada en nuestra retina. Miguel Poveda y Arcángel, dos de los grandes intérpretes jondos de hoy, cantando mano a mano una deliciosa bulería por soleá, radical, jerezanísima, pletórica de compás y melodía, que fue lo mejor de la noche. También la petenera fue de lujo y la deliciosa guajira marchenera, un prodigio de sutileza, un bonbón flamenco pleno de sabor y colores. Fueron los momentos álgidos, junto a los tientos y tangos y las alegrías, de la segunda parte de la presentación del cantaor, configurada en torno a estos estilos tradicionales del flamenco, aunque actulizados a la manera y con la puesta en escena personal de Poveda. En la primera parte disfrutamos con algunos de los momentos más brillantes del que es hasta la fecha el último disco de Miguel Poveda, Enlorquecido, compuesto sobre poemas de Federico García Lorca a los que ha puesto música el catalán. Así la rotunda Oda a Walt Whitman, la intimista de El silencio o la surrealista Carta a Regino Sainz de la Maza. También la canción por bulerías tuvo su espacio en esta primera parte, y un par de estrenos. Uno de ellos fue la zambra del repertorio de Bambino Quítame el beso de anoche, un artista con el que Poveda se siente muy identificado. El otro un tema por bulería lenta con letras de Poveda dedicadas a los satinarios que nos siguen cuidando. Con una evocación a Manuel Molina que luego se hizo carne caliente en la recta final del concierto en la que evocó al mítico dúo, Lole y Manuel, con las imperecederas letras de Juan Manuel Flores, cerrando lo que se había abierto con el primer tema.

A nivel musical, el concierto fue perfecto. A nivel de organización, en el nuevo estado de cosas son inadmisibles las improvisaciones que hace unos meses, ese pasado remoto, resultaban tolerables.

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