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Cultura

Muere la bailaora Loli Flores, maestra sevillana de la bata de cola

La artista Loli Flores, cuyo fallecimiento conmocionó ayer al mundo flamenco, llevó las características luminosas y sociales de la llamada Escuela Sevillana de baile a su carácter personal reservado y grave, creando así un género nuevo. Fue una maestra de la bata de cola y los palillos por seguiriyas. Estudió con Enrique el Cojo, Eloísa Albéniz y, sobre todo, con Matilde Coral, pero su forma de concebir la castañuela, y la seguiriya, su estilo estrella, debe mucho al modelo de Pilar López, la que introdujo las castañuelas por seguiriyas y la primera mujer en bailar este género flamenco. Como excelente discípula que fue de Coral, sus manos eran pura elocuencia. Pero no sólo para decir la seducción de la guajira o la complicidad de la fiesta, siempre con un toque de elegancia, también para la tragedia o el drama. El matiz delicado de su castañuela la llevaba a dialogar con el cante y la guitarra en sus interpretaciones. Loli Flores era poseedora, asimismo, de un zapateado sensible y natural.

Esta sevillana nacida en 1950 como Remedios Orozco Nieto se inició con sólo diez años en los tablaos sevillanos, de los que fue primera figura, y recorrió Europa y América con su propia compañía, la de Curro Vélez, o la del guitarrista Pedro Peña. Residió varios meses en Cuba. Trabajó también en los tablaos de Madrid, permaneciendo una temporada en El Café de Chinitas. Obtuvo el Premio Pastora Imperio en el VI Concurso de Arte Flamenco de Córdoba, en 1971. En los primeros ochenta realizó varios programas para Televisión Española. Fue también una reputada docente. La última vez que la vimos en un gran escenario fue en abril de 2014 en el espectáculo Mirando al pasado de El Junco y Susana Casas, en el Teatro Central de Sevilla. Estaba programada también en la última Bienal de Sevilla, hace ahora un año, pero no pudo bailar por lo avanzado de su enfermedad. No obstante los tablaos sevillanos de El Arenal, Los Gallos o el Patio Sevillano, de los que fue primera figura y desde donde impartió su magisterio, guardarán fiel memoria de su arte personal, inimitable e imperecedero.

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