Cultura

Necesidad de más Clasicismo

Solista: José Forte, trompeta. Director: Andrés Salado. Programa: Sinfonía nº 1 'Clásica' en Re mayor, op. 25, de S. Prokofiev; Concierto para trompeta y orquesta en Mi bemol mayor Hob VIIe: 1 y Sinfonía nº 94 en Sol mayor 'La Sorpresa', de F. J. Haydn; Obertura de 'La gazza ladra', de G. Rossini. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Jueves, 12 de febrero. Aforo: Casi lleno.

En su tercera acepción, el Diccionario de la Real Academia define clásico como "que se tiene por modelo digno de imitación en cualquier arte o ciencia". Ése es el valor de los clásicos y, descendiendo al terreno musical, del Clasicismo, el de elevarse como piedra de toque de la excelencia del funcionamiento de una orquesta. A un oído medianamente avisado enseguida le salta la alarma cuando una orquesta aborda una obra clásica sin estar convenientemente hecha a este repertorio. Es lo que pasó anoche con este concierto centrado en el mundo del clasicismo o de sus derivaciones, al que posiblemente le hayan faltado ensayos y que ha tenido que sustituir al director con poco tiempo. Para mayor abundancia, se volvió a poner sobre la mesa la ausencia de un concertino definitivo, porque por mucha voluntad que le pongan algunos de los violinistas del conjunto, no es ésa la manera de homogeneizar cuestiones fundamentales como la articulación, la homogeneidad y el empaste del sonido.

Andrés Salado planteó una dirección muy centrada en la agilidad, en el aligeramiento de las texturas, en la transparencia y en señalamiento enérgico de los ritmos y de los acentos. La orquesta le siguió con cierta soltura en la Clásica de Prokofiev, llevada con riqueza de detalles como el crescendo del Larghetto y la leve retención en la Gavotta. Lo que no sucedió en el resto del programa, con unos violines de sonido abierto y sin brillo y sin unidad en el ataque.

Forte cumplió con algún apuro pero con holgura con su participación solista.

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