Arte

Pablo Merchante: el cuadro está acabado cuando se borra la idea

  • Pablo Merchante expone 'Madera azul, madera verdad' en Di Gallery

Fragmento de 'Unicornio', una de las obras de Pablo Merchante.

Fragmento de 'Unicornio', una de las obras de Pablo Merchante. / D. S.

Al fondo de la galería, un cuadro abstracto de gran formato atrae la atención: dos formas blancas recortadas sobre un fondo de formas y sombras oscuras. Las formas blancas sugerentemente en pie, enfrentadas entre sí, parecen haberse impuesto, como espectros tras la batalla, sobre las formas gemelas que en el plano medio se destacan del fondo. El título del cuadro aclara y despista: W B (Warhol contra Basquiat) nos confirma el combate entre forma y fondo, pero es difícil encontrar a Warhol o Basquiat en este doble retrato ideológico. Quizás encontremos algunas pistas en el resto de cuadros de la exposición.

La pintura de Pablo Merchante parte de la pintura expresionista de los años 80, aquella del encuentro de Warhol con Basquiat. El otro punto de partida es el respeto por la tradición de la pintura de género, especialmente el retrato. A partir de ahí podemos intuir el relato del itinerario que le lleva a sus cuadros más recientes. En la época de la imagen, y de la tecnología de la imagen, no es posible sostener convincentemente la imagen pictórica como no sea ocultándola, devolviéndola de alguna manera al misterio original. El retrato es el relato: una tosca columna de madera en medio de la galería sostiene un retrato apenas esbozado, pero en el que reconocemos al mismo personaje que protagoniza otro cuadro, que parece haber quedado sin concluir. Igual ocurre con otro de mayor formato: Chicoplaya conserva cierta identidad aunque no sólo parece incompleto sino que algunas partes han sido cubiertas con pintura e incluso, de forma un tanto canalla, con spray. Aun encontramos un par de retratos más, pero están negados, ocultados zonas de pintura espesa y satinada. En uno, una de las manchas que lo ocultan le confiere nueva identidad, la del unicornio, mientras que otro se propone como acertijo con unas letras en la parte baja a modo de contraseña.

El retrato no retrata a nadie en particular, la imagen no se soporta por sí sola como no sea que en su afirmación esté contenida su negación. La obra de Pablo Merchante puede parecer un combate entre la figuración y la abstracción, pero es más sobre la imagen y su imposibilidad como no sea la imagen borrada, tapada obstruida; pintura física contra pintura iconográfica, retiniana en cualquier caso. Quizás sobre toda esta pintura planea la sombra de Rubén Guerrero y su poética de ocultación de la imagen. En cualquier caso, la faena es muy lucida y de enorme interés por lo didáctica que puede ser la lección sobre la actualidad de la pintura (sevillana).

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