Teatro

Relato de una mujer que ha dejado de huir

  • Viviane Araujo y Fernando Lima estrenan mañana en La Fundición 'Negro violeta', una obra sobre la superación del abuso sexual

Viviane Araujo, en un ensayo durante la residencia artística en Alanís de la Sierra.

Viviane Araujo, en un ensayo durante la residencia artística en Alanís de la Sierra. / Diego Fernández

El coreógrafo y bailarín Fernando Lima y la actriz Viviane Araujo nacieron en la misma ciudad brasileña, Belo Horizonte, pero no se conocieron hasta que llegaron a Sevilla, el primero en 1992 y la segunda en 2006. "Yo había visto varios trabajos de él, alguna vez hemos salido a tomar algo con amigos comunes. Siempre me ha gustado cómo dirige, es un poco kamikaze", cuenta entre risas Araujo, quien tuvo claro desde el primer momento que, por la "afinidad" mutua que hay entre los dos, Lima sería la persona idónea para dirigirla en un proyecto teatral de gran importancia para ella. Tras un año de ensayos y residencias en el Conservatorio de Danza y en Alanís de la Sierra, la obra, Negro violeta, se estrena este miércoles a las 20:30 en La Fundición, donde habrá una segunda función el jueves.

Con texto del debutante José Tomás Retamero y dirección, puesta en escena y coreografía de Lima y una única intérprete, la propia Araujo, la obra narra la historia de Violeta, una mujer que "huye hasta que decide dejar de hacerlo". "Es un trabajo duro, muy íntimo, que sale realmente de las entrañas", dice la actriz brasileña sobre esta historia "catártica" que aborda cuestiones como los abusos sexuales durante la infancia y que parte de algunas experiencias personales de la intérprete aunque no puede decirse que la pieza sea abiertamente autobiográfica, pues Violeta, el personaje creado por ella, es a la vez un reflejo de sí misma y un compendio de muchas otras mujeres que ha conocido la actriz, convencida de que "cualquier mujer sentada en la butaca se podrá reconocer" en el personaje que sostiene la obra.

"Para nosotros era muy importante que no hubiera un enfoque victimista. Al final, ésta es la historia de una mujer que sigue adelante. Por eso hemos querido construir la pieza de una manera poética, incluso lúdica en algunos momentos, para que aquello que estamos contando, que es tan fuerte, resulte un poco más leve. El texto es muy directo, muy claro, pero no se trata de que acabemos todos llorando, sino de que cada uno por su cuenta haga un viaje a partir de su propia experiencia", cuenta Lima sobre el planteamiento dramatúrgico de Negro violeta, que plantea –mediante monólogos y acción física– siete escenas diferentes, partes de un mismo y único relato, el del proceso de crecimiento y superación de una mujer desde la infancia hasta el presente.

"Lo último que queríamos era trabajar desde la pena", corrobora Araujo. Claro que eso no significa que la obra evite entrar en el terreno de la fragilidad y el dolor. "Vivimos en una sociedad en la que todo aquello que nos duele se acaba convirtiendo en un tabú, aunque yo prefiero tocar la herida. Eso sí, bajo ningún concepto queríamos que la obra dijera todo el rato compadécete, compadécete, como decía Fernando, a mí no me interesa absolutamente nada el victimismo, sino la reafirmación de la vida y contar la historia de una mujer fuerte que quiere seguir adelante y nada la para".

Lo que no implica que no haya obstáculos, claro. Araujo, por ejemplo, se ha encontrado alguno que otro en su experiencia como actriz desde que llegó a España y comenzó a trabajar en montajes independientes y en series televisivas como Aída, La que se avecina, Centro Médico o Allí abajo. "Mira, ella es brasileña y es negra...", dice Lima, cuyos puntos suspensivos completa la intérprete sin ambages. "Y por lo tanto se entiende que yo tengo que hacer de puta". "También queríamos hacer reflexionar sobre eso. Ya sabemos cómo es el mundo de la actuación, no es fácil, y yo no tengo fama como para ir exigiendo qué tipo de papeles quiero hacer. Claro, te dan un papel y tienes que estar agradecida, pero es que son siempre los mismos. Deberíamos abrir todos la mente y comprender cosas tan fáciles como que las personas que son de fuera no tienen que ser siempre lo peor".

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