Además de series de televisión, el británico Martin Campbell (que podría ser de cualquier sitio: no son tiempos para Terence Davies, el mayor y más británico realizador en activo) ha dirigido cosas infumables como las dos entregas de El Zorro interpretadas por Banderas y cosas más aceptables como el primer Bond de Pierce Brosnam (Golden Eye) y el primero de Daniel Craig (Casino Royale). En este caso regresa al universo de su aceptable película Al límite para reincidir en el thriller de venganza paterna. En aquella Mel Gibson era un policía cuya hija es asesinada y en ésta es un empresario cuya hija corre la misma suerte, esta vez a causa de un atentado terrorista a cargo de un IRA resucitado.

El padre es ahora Jackie Chan y aquel Brosnan cuyo padrino bondiano fue Campbell es un turbio personaje que recuerda demasiado a Gerry Adams. No todos los padres vengadores los va a interpretar Liam Neeson, el pobre Chan también tiene derecho a hacerlo... Aunque sea a costa de la credibilidad, porque parece más un abuelo vengador. La combinación de película-mamporro Chan y película-trama-turbia Brosnan no acaba de funcionar... Salvo para los fans de Jackie Chan que, supongo, están tan dispuestos a verlo arrugarse en pantalla como en su día lo estuvieron los de Charles Bronson, que interpretó su último justiciero con 73 años. Chan, de momento, sólo tiene 63.