Salvador Sobral | cantante

“No quiero perder el espíritu del joven que empezaba a dar conciertos”

  • El portugués presenta en el Teatro Maestranza ‘BPM’, su disco más personal, con el que siente que cierra una etapa y en el que reflexiona “sobre lo frágiles que somos”

Salvador Sobral

Salvador Sobral / Caroline Deruas

Se está convirtiendo en una agradable costumbre que sea bienal la visita de Salvador Sobral a Sevilla para ofrecernos alguno de sus conciertos. La última de ellas sucedió cuando comenzaban a suavizarse las restricciones de la pandemia, durante el verano de 2020, en la Plaza de España, y la anterior fue en 2018 en el Teatro de la Maestranza, el mismo recinto en el que volveremos a verlo mañana sábado, día 28. Lo que le trae por aquí esta vez es la recreación en directo del disco que editó el año pasado, que lleva por nombre BPM, unas iniciales que los aficionados a la música -especialmente a la electrónica- siempre asociamos a la medida del tempo de una canción, una cualidad que afecta al ambiente, la actitud y el ánimo de quienes escuchan la música, pero que aplicado a la vida también afecta a nuestro ritmo básico. Estas iniciales se aplican también a los latidos -batimentos, en portugués- por minuto de nuestro corazón, los que reflejaba el monitor al que estuvo conectado durante el tiempo que Sobral pasó en el hospital cuando le trasplantaron el suyo y esta es la acepción que tomó para titular su álbum, conectando también así la música con la vida.

BPM es una obra compleja e interesantísima, compuesta por nueve canciones en portugués, dos en inglés y otras dos en español, que conforman la nueva identidad de Sobral quien, contando con la ayuda de su productor y amigo Leo Aldrey, ha sido autor de todas ellas por primera vez, ya que en sus tres discos anteriores se había limitado a escribir dos o tres de las piezas. Con la excepción del gallego Abe Rábade, al que sustituye en los conciertos el pianista Max Agnas, los otros miembros que le acompañan en el disco estarán también con él aquí: André Santos a la guitarra, André Rosinha al contrabajo y Bruno Pedroso a la batería; estos dos últimos ya le acompañaron en su anterior visita a este teatro.

-El título del disco que presenta en este concierto es un homenaje a todo el tiempo que pasó en el hospital. ¿Cierra con él una etapa en que ya está usted curado, con las cicatrices cerradas, o es un recordatorio de que a pesar de tener de nuevo buena salud la vida es muy frágil?

-Ciertamente, las explicaciones más profundas sobre lo que el disco significa las descubro con un poco de perspectiva después de haberlo hecho. Cuando me decido por ese camino la verdad es que lo hago de manera más impulsiva, por lo que el cuerpo me pide hacer, y no profundizo en los porqués. Ahora, con un poco más de perspectiva, puedo darle a usted la razón. En cierta manera cierra una etapa, y también puede ser un recordatorio de lo frágiles que somos.

-Medo de estimação, una de las mejores canciones del disco, en la que dice que estará libre del miedo que le hace perder la calma y el control cuando comprenda que no hay razón para tenerlo, es una buena reflexión de cómo se siente ahora mismo, intuyo…

-Siguiendo un poco con mi anterior respuesta, al menos puedo afirmar que era una reflexión de cómo me sentía en el momento de componerla. Evidentemente queda un poco de ese sentimiento, pero vamos evolucionando como todo en la vida, viviendo otros aspectos buenos y malos, dejando atrás el pasado con todo lo que eso significa.

"Tenía miedo con este disco, el primero que componía yo al completo, sin esa fama que trajo Eurovisión’”

-El disco, más personal que los tres anteriores, con todas las letras escritas por usted, lleva justo un año rodando ¿ha notado alguna diferencia sustancial en el recibimiento del público con respecto a sus obras anteriores?

-Tenía muchísimo miedo, pánico, a cómo recibiría el público este disco por varios motivos, principalmente porque era mi primer disco compuesto íntegramente por mí y por Leo Aldrey. Y también porque realmente era el primer disco sin el empuje de lo que fue mi popularidad desbordada y enfocada en una sola canción, la de Amar pelos dois con que gané Eurovisión. Con Paris, Lisboa, mi disco anterior, también fue un poco así, aunque todavía estaba muy reciente el festival. Pero ahora me la jugaba mucho más. Y realmente no siento mucha diferencia. La gente es muy generosa y ha recibido con mucho cariño el disco, los conciertos y todo lo que seguimos haciendo.

-Usted ha compuesto las letras, pero las músicas son de Leo Aldrey y al fin y al cabo lo que realmente marcan los BPM -beats por minuto- es el pulso de la música. ¿Ha estado usted siempre de acuerdo con el ritmo que Aldrey ha marcado para sus versos o ha habido muchas discrepancias y disparidades de criterio?

-La verdad es que ambos hemos compuesto y escrito todo, sin separar mucho letras o música. Ha sido todo muy orgánico, muy natural. Y claro que discutimos y estuvimos en desacuerdo. Le diría que casi todos los días. Pero somos como hermanos, nos respetamos y queremos mucho, y esas discusiones y peleas siempre nos llevaron a algo mejor.

-Estoy seguro de que con el tiempo que este disco lleva ya grabado estará usted con el pensamiento puesto en el próximo y en periodo de composición de más canciones. ¿Van a ser de nuevo todas suyas o hacerlo así para BPM ha sido un gran esfuerzo y prefiere volver a la comodidad de que la mayoría sean de otros autores?

-Efectivamente, ya estamos trabajando en nuevos temas. En cuanto a la dinámica, seguimos componiendo los dos, muy ilusionados, porque además estamos involucrando a muchos otros artistas en el proceso ya que queremos tener algunas colaboraciones de personas que admiramos y que nos encantaría que participaran en nuestro próximo trabajo. No puedo dar nombres todavía, pero sí puedo decir que para mí esto es una de las cosas más maravillosas de esta profesión, tener la posibilidad de ser parte de la historia de grandes artistas y que ellos lo sean de la nuestra. Eso no tiene precio.

Portada del disco de Salvador Sobral Portada del disco de Salvador Sobral

Portada del disco de Salvador Sobral / Caroline Deruas

-Cuando hablé con usted en otra anterior visita a Sevilla me dijo que disfrutaba más de las canciones que hace menos tiempo que toca porque surgen un montón de ideas nuevas. Esa premisa se cumple con las de este disco. ¿Cómo han ido evolucionando desde que las grabó hasta ahora? ¿Tienen nueva vida?

-Es parte del proceso y una característica muy habitual en el ámbito del jazz. Surgen nuevas ideas, que se ponen en práctica en cada concierto, y la mayoría de las veces de manera espontánea, sin haberlo ensayado. De manera muy natural vamos haciendo cada canción muy nuestra, y me refiero a cada uno de los músicos de la banda.

-¿Cómo va a ser, entonces, su concierto de Sevilla? Le he leído que le gusta deconstruir el disco en directo, mantener el color de las canciones, pero cambiarles su estructura ¿Le va a sorprender lo que escuchen a los que ya conocen el disco?

-Ese es el objetivo. Diría más, nos encantaría sorprendernos nosotros mismos con lo que allí se va a producir. Y en eso el lugar, la gente, el ambiente, nuestra actitud, la respuesta del público, es fundamental. Pero además de eso, habrá alguna que otra sorpresa, seguro.

-No sé si en directo se perderá, pero grabadas, todas las canciones tienen una sensación de homogeneidad que sale de sus raíces jazzísticas. Usted y Sevilla guardan una estrecha relación vinculada al jazz; yo le recuerdo en pequeños conciertos organizados por Assejazz e incluso cantando hace muchos años en la fiesta de cumpleaños de Javier Delgado, su presidente. Assejazz pasa ahora por momentos felices, con los primeros pasos de su nueva y hermosísima sede. ¿Le vamos a ver por allí, va usted a hacer reverdecer sus amistades sevillanas? ¿Le marca de alguna manera esa ascendencia jazzística con nosotros en sus conciertos de aquí?

-¡Qué gran labor es la que hacen Assejazz y Javier! Tengo mucho cariño a esta asociación y todo lo que ella significa en mi carrera. Por supuesto que ese espíritu no lo quiero perder nunca, porque es lo que realmente soy y quiero seguir siendo. ¿Y qué decir de Sevilla? Seguro que la gente piensa que digo lo mismo de cada ciudad en la que ofrecemos conciertos, pero a estas alturas creo que toda la gente sabe lo especial que es para mí Sevilla. Y si es en el Maestranza, imagínese usted.

"Rosalía tiene un talento descomunal. Es una Artista, y me gustaría que lo escribiera así, con mayúsculas”

-No le preguntaría nada de Eurovisión, que ya le quedó muy atrás y han dejado de pedirle en los conciertos la canción con la que ganó el festival hace cinco años; pero la cercanía del último y las controversias que ha generado, tanto por la participación española como por su resultado final con el triunfo de Ucrania, me avivan la curiosidad por saber qué opinión tiene usted sobre todo eso.

-No he seguido mucho el festival y no puedo opinar sobre las controversias. De todos modos, cuando hay países que se votan unos a otros, cuando hay tanto mercado en juego, el honor y la deshonra de quedar en un buen o mal puesto… todo eso tiene que generar tensiones. Es una consecuencia hasta cierto punto lógica. Puedo decir que la representante de Portugal de este año, Maro, es una artista espectacular, que recomiendo, y que va a llegar muy lejos en esta profesión. O al menos, eso deseo.

-Por cierto, que su relación con Ucrania a través del festival es muy importante y sé también que la gira de presentación de este disco le llevó a cantar a ese país. ¿Qué le pareció la vida allí? ¿Tuvo alguna sensación de que muy poco tiempo después llegase a ocurrir algo como esta invasión que sufren? ¿Tiene alguna opinión formada al respecto de ello?

-Por motivos de pura casualidad tengo varias conexiones con Ucrania, así es. Gané el Festival de Eurovisión en Kiev. Más tarde tuvimos la presentación del disco Paris, Lisboa también allí, creo que en 2020. Y en mayo del año pasado, hace ahora exactamente un año, tuvimos una gira de cinco conciertos en ciudades que ahora conocemos todos, desgraciadamente. Sabíamos de los conflictos constantes, especialmente en el este, pero nunca pensamos, ni creo que tampoco el pueblo ucraniano, que esto llegara tan lejos. Esta guerra es un sinsentido, una brutalidad, que esperemos que acabe pronto, porque cada día que pasa se genera más y más sufrimiento en personas inocentes. Me parece terrible que alguien pueda justificar algo así.

-Y hablando de controversias actuales, para terminar, quisiera preguntarle por otra. Usted coincidió e hizo amistad con Rosalía cuando los dos fueron alumnos hace una docena de años del Taller de Musics de Barcelona. ¿Qué opinión tiene de ella y del fenómeno musical y social en que se ha convertido?

-Sí, coincidí con Rosalía en el Taller de Musics. Es una artista de los pies a la cabeza. El último disco es increíble, tiene un talento descomunal. Casi siempre, conseguir un éxito tan grande genera muchas más miradas, mucho más análisis, y de ahí que a mayor exposición haya voces de todo tipo. Pero me parece una Artista; escríbalo así, con mayúscula.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios