La extraña desaparición de cuatro ángeles de la Catedral de Cádiz

Un artesano de San Fernando y un empresario de Chiclana, investigados por el caso de 'las Roldanas'

  • El revuelo mediático ha acelerado el hallazgo de las esculturas de la artista sevillana, perdidas en circunstancias aún no aclaradas hace más de una década

Algunas de las piezas recuperadas por la Policía el pasado lunes.

Algunas de las piezas recuperadas por la Policía el pasado lunes. / D. S.

La presión policial y el revuelo mediático han resultado claves para encontrar las imágenes de La Roldana desaparecidas de la Catedral de Cádiz. Tanto es así que el pasado viernes, según se ha sabido hoy, el escultor Juan Carlos García Díaz, de San Fernando, depositó uno de los ángeles de la escultora sevillana en la puerta del seminario diocesano de Cádiz tras consultar la situación con un clérigo.

Ésta fue sólo una de las imágenes recuperadas por los agentes, que el lunes se desplazaron hasta su taller en San Fernando para registrarlo y recuperar otras piezas en el caso –como así fue– de que se encontraran en el lugar de trabajo de este artesano. Esas otras piezas de valor que entregó el escultor también estaban desaparecidas, aunque nadie lo había denunciado.

Entre esas piezas se encuentra la figura de un profeta, de más de medio metro de alto, posiblemente del siglo XVII, y dos ángeles sedentes atribuidos al escultor genovés Domenico Giscardi. Todas ellas formaban parte de un altar eucarístico que se instalaba en la Catedral gaditana.

Hasta el momento no ha trascendido, sin embargo, la forma en la que estas piezas terminaron en ese taller isleño o en manos de un vecino de la localidad de Chiclana. La investigación sigue abierta y durante toda la tarde de este martes los agentes han tomado declaración a distintas personas para tratar de esclarecer los hechos. El revuelo ocasionado por la denuncia de la desaparición de los ángeles de La Roldana y la repercusión que el caso ha tenido en los medios de comunicación han precipitado la entrega de estas piezas de arte religioso. En el proceso que ha desembocado en esta entrega, según han apuntado fuentes de la investigación, habría actuado también un intermediario de la propia Iglesia, al que los implicados acudieron en primera instancia.

Una pieza de la Roldana fue hallada el lunes en el citado taller de restauración de San Fernando. Pero el conjunto de la imaginera sevillana está formado por otras tres. Estas piezas restantes, también recuperadas ya por la Policía, se encontraban en manos del empresario chiclanero Jesús Romero Montalbán, que está siendo investigado por la Policía.

Los agentes buscan conocer cómo llegaron las piezas a sus manos hace 12 años; en concreto, si las tres figuras fueron compradas por este empresario y, en tal caso, a quién. Fuentes policiales aseguran que cualquier experto en arte sabe que el valor de estas esculturas es "incalculable", por lo que no entienden cómo el escultor isleño y el empresario chiclanero las tuvieron tanto tiempo en su poder sin comunicárselo a sus legítimos propietarios.

Cabe apuntar que una persona que podría haber sido clave en esta investigación ha fallecido ya. Se trata de Enrique Arroyo, deán de la Catedral de Cádiz en la época en que desaparecieron estas esculturas. En cualquier caso, la Policía sí ha citado a declarar al actual, Ricardo Jiménez. La investigación, pues, sigue su curso.

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