La poetisa Safo, de la isla de Lesbos, de la que apenas han sobrevivido unos cuantos poemas y algunos versos sueltos, da su nombre a este artificio sonoro, a este concierto libérrimo, orquestado por María Folguera, Marta Pazos y Christina Rosenvinge  que se estrenó en el Festival de Mérida y en el que se arroja luz sobre su vida y su obra.

No se sabe prácticamente nada de ella salvo que fue venerada por Platón que la definió como la décima musa y un buen número de escritores masculinos que conformaron una vida inventada. Sin embargo, sus poemas se han ido abriendo paso como una expresión del erotismo entre mujeres que ha definido a este amor como lésbico y sáfico.

Esta mélange entre concierto y metateatro bebe directamente de la perfomance para acercarnos a su figura a través de una bienvenida libertad que inunda toda la pieza. Las canciones en directo, el escenario, el rico vestuario, la desnudez de sus intérpretes, lo convierten en una fiesta para los sentidos que lo envuelve todo.

Pocas veces se tiene tan claro que Safo es una mirada de mujer.