Drama, Argentina, 2008, 87 min. Dirección y guión: Eliseo Subiela. Fotografía: Sol Lopatín. Música: Pedro Aznar. Intérpretes: Leandro Stivelman, Antonella Costa, Octavio Borro, Marzencka Novak. Cines: Alameda.

Fiel a su cita con la cursilería disfrazada de citas eruditas y altos vuelos poéticos, el argentino Eliseo Subiela cambia a su querido Benedetti (El lado oscuro del corazón) por Breton, Dante y el espíritu didáctico de los manuales de autoayuda en esta nueva aventura liricoide a propósito del duelo edípico y el sonambulismo transfigurados en un curso intensivo sobre sexo tántrico, a saber, sin derramar ni gota, conservando energías, comprendiendo el cuerpo de la mujer, en los alrededores fantasmales de un cementerio bonaerense y a ritmo de cancionero mestizo.

Incapaz de escapar de la tosca literalidad de sus imágenes y de la redundancia verborreica de las palabras al viento, el cine de Subiela bien parece ya una autoparodia sin distancia ni ironía algunas, entregado a la banalidad de un erotismo ilustrado pensado para adolescentes con lecturas.

No mires para abajo apunta al ridículo en su pretenciosa batidora de circo, sueño, magia, psicoanálisis y sexo filmado con ese pudor publicitario incapaz de mirar los cuerpos de frente, más pendiente de hablar de las caricias que de las caricias mismas.