Crítica de Música

Sonidos en busca de público

espai sonor

Encuentros Sonoros. V Festival de Ensembles. Espai Sonor: Esteban Algora, acordeón; Ricardo Capellino, saxofón; Juanjo Llopico, percusión; Víctor Trescolí, piano; Jaime Doménech, violonchelo. Director: Voro García. Programa: 'Confluencias' (obras de José María Sánchez Verdú, Yasuko Yamaguchi, José Miguel Fayos, José María Ciria y Núria Giménez). Lugar: Espacio Turina. Fecha: Miércoles 25 de noviembre. Asistentes: 17 personas.

Que los Encuentros Sonoros reúnan cada año en Sevilla a algunos de los mejores grupos españoles dedicados a la creación actual sin lograr atraer, en el mejor de los casos, más allá de un par o tres decenas de espectadores, sin que ni siquiera los alumnos de composición del Conservatorio parezcan sentirse concernidos por la cita, es significativo del nivel al que ha llegado la fractura entre la llamada música contemporánea y el que en teoría parecería su público, el de tradición clásica.

Las causas vienen de lejos y son complejas, pero la actitud solipsista de buena parte del sector parece indiscutible, porque los conjuntos hacen un esfuerzo muy considerable en todos los sentidos para estar en este evento, el nivel de sus ejecuciones resulta de irreprochable calidad y en los programas aparecen nombres que deberían tener atractivo para una minoría interesada que me resisto a creer sea tan escuálida.

En el caso del concierto de Espai Sonor, Dhamar (2000), para acordeón y saxo, de Sánchez Verdú, y Windweben (2007), que añade al dúo anterior un violonchelo, de la japonesa Yasuko Yamaguchi son composiciones cargadas de sutilezas, que tienen que ver con la inmovilidad, la levedad, el silencio. Las otres tres obras, de compositores españoles más jóvenes (de los 35 años de Fayos y Giménez a los 25 de Ciria), escritas específicamente para este quinteto, son obras articuladas en torno al timbre y al ritmo, duras en su búsqueda de una modernidad que hoy parece ya caduca.

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