La galería Studio Hache, en la Avenida de Cádiz, clausura hoy una exposición colectiva en la que tres autores de marcadas personalidades, Lucía Ortiz Poole, Nacho Fal y Johnny Domínguez, confluyen en la apuesta por el color y por concebir el arte como un refugio contra el desánimo y el ruido del exterior.

En su obra, atraída por la poesía y la extrañeza de lo cercano, Ortiz Poole parte de los paisajes en los que venía trabajando últimamente y evoluciona hacia una pincelada cada vez más libre donde gana peso la abstracción y se impone la sugerencia. En las piezas que presenta en Studio Hache, algunos lienzos de gran formato y otras obras realizadas en acrílico sobre cartón, se mantiene esa riqueza cromática que atrae al espectador y lo invita a adentrarse en ese misterio que desprenden sus cuadros.  

Una imagen de la exposición.

Las propuestas de Nacho Fal, entre tanto, destacan por un carácter lúdico, "una visión humorística que nunca llega a la caricatura", señalan desde la galería. Los personajes que protagonizan sus esculturas -hechas con cemento, arcilla, telas y papel- conforman una inesperada fauna en la que los animales visten uniformes y trajes de fiesta y parecen siempre dispuestos a la aventura y al movimiento. Un festín donde la imaginación y la jovialidad se dan la mano.

Johnny Domínguez, galerista además de creador, se decanta por la geometría en una producción artística que estalla en un poderoso colorido. Las 'piruletas' y otras formas, variaciones en las que investiga sobre el ritmo que el autor trabaja en madera destilan un estado de ánimo cercano al entusiasmo. Su "percepción atrevida y vanguardista" ha llamado la atención de Pedro Almodóvar, que recogió una de sus obras en su película Dolor y gloria.