Teatro del Velador propone en el Lope una visión transgresora del amor
La compañía rescata 'Las gracias mohosas', un divertimento escrito por Feliciana Enríquez de Guzmán, la primera dramaturga de la que se tiene constancia en Españal 'Las gracias mohosas'. Teatro del Velador. En el Lope de Vega, hasta el sábado. Todos los días a las 21:00. Entradas disponibles de 4 a 21 euros.
Teatro del Velador presenta hasta el sábado en el Lope de Vega Las gracias mohosas, un divertimento escrito por la primera dramaturga española de la que se tiene constancia, la sevillana Feliciana Enríquez de Guzmán (1569-1644). Se trata de un texto que la compañía ya representó hace 11 años y que volvió a retomar el pasado verano, cuando se estrenó, con un éxito notable, en el Festival de Teatro Clásico de Almagro.
Sensible para extraer la belleza de lo grotesco y reivindicar la dignidad de los tullidos, el director Juan Dolores Caballero, El Chino, encontró en la visión transgresora del amor que plantea Enríquez de Guzmán el punto de partida idóneo para un espectáculo. En la obra, que la autora concibió como entreacto de su Tragicomedia de los jardines y los campos sabeos, seis hombres se disputan el corazón de la joven Aglaya. Pero la muchacha tiene dos hermanas en edad de contraer matrimonio, y, por ello, el padre decide convocar una justa para elegir novio a cada una de las mujeres. Sin embargo, el texto apunta pronto una tesis audaz que pasa por defender la poligamia: la fórmula para que todos sean felices consistirá en que los seis pretendientes se casen con las tres.
En el delirante proceso de cortejo al que se entregan los protagonistas, en la lucha de estos hombres por conquistar a las mujeres "se ve esa necesidad humana de querer ser más que los otros", declara Juan Dolores Caballero sobre los contenidos de la obra, "que no tiene similitudes con lo que hace Calderón o Lope, y que se integra más dentro del teatro burlesco".
La "intensidad que hay que darle en todo momento" a Las gracias mohosas, sostiene el actor Luis Ruiz-Medina, hace que la experiencia sea "agotadora" para el reparto. Ruiz-Medina encarna el personaje de Baco, el padre de las tres gracias, y opina que la revisión de este espectáculo 11 años después de su estreno "ha ganado en viveza y en riqueza gestual. Ahora los personajes están más vivos; antes el montaje era más hermético".
Las gracias mohosas, un "texto muy divertido" con "una prosa muy rítmica y muchos juegos de palabras", rescata del olvido la figura de Feliciana Enríquez de Guzmán, alrededor de quien gira la leyenda de que estudió ataviada de hombre en la Universidad de Salamanca. La escritora, que alternó la dramaturgia con la poesía, creó Las gracias mohosas para entretener en su clausura a dos hermanas suyas, monjas del Convento de Santa Inés.
La investigadora Piedad Bolaños define a Enríquez de Guzmán como "díscola en el seguimiento de las normas impuestas por Lope de Vega en su Arte nuevo de hacer comedias", ya que "prefiere seguir el dictamen de los clásicos y otorgar a estas piezas menores la posibilidad de adoctrinar" a su público. La profesora de la Universidad de Sevilla analiza también las virtudes del texto al señalar que "los protagonistas dan muestra de sus sentimientos con discursos paródicos, con un juego lingüístico, energía y riqueza verbal dignas de las más altas composiciones del Barroco".
Para Juan Dolores Caballero, la recuperación de los clásicos es una asignatura pendiente en la escena andaluza. "Yo daría un toque de atención a la Administración, porque tenemos que potenciar los elementos culturales de los que disponemos, no sólo el flamenco", asegura el director escénico. "Del XIX, por ejemplo, hay miles de obras escritas por andaluces, todo ese repertorio hay que rescatarlo", sugiere El Chino.
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