Es la épica de la guitarra en unos tiempos en los que ser solista de toque flamenco es una heroicidad. Muy pocos pueden vivir de la guitarra de concierto. Tomatito es uno de ellos. Siendo fiel a sus principios. Esos que adquirió cuando, siendo apenas un adolescente, se convirtió en la mano derecha de Camarón. El flamenco hiperrítmico de su mentor y de Paco de Lucía, al que dedicó la balada de Too much, un dúo que ejecutó con José del Tomate. Por cierto que este último, hijo de Tomatito, es uno de los grandes nombres de la guitarra actual, aportando frescura y desparpajo al legado paterno. De hecho, en este recital Tomatito le cedió el protagonismo en el único número de estricta guitarra solista de la noche, la zambra con la que homenajearon al Niño Miguel. Por lo demás, ya sabemos: bulerías, tangos, rumba, alegrías, rondeña para abrir fuego, con buena parte de la pieza a cargo de Tomatito en solitario, y un par de momentos contemplativos, como la balada mencionada, que firmó Michel Camilo para la banda sonora de la película homónima, y que figuraba en el primer disco a dúo de Tomatico con el pianista portorriqueño, o el fragmento del adagio del Concierto de Aranjuez de Rodrigo que sigue siendo, aún hoy, la música española más conocida en el planeta. También una personal versión de La leyenda del tiempo, la primera grabación que Tomatito llevó a cabo junto a Camarón. Un grupo cuyos miembros se conocen íntimamente porque, al margen de pertenecer muchos de ellos de la misma familia, otros llevan ya décadas trabajando junto al gran tocaor de Almería.