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Cultura

Vuelve 'Impressing The Czar', obra que cambió la danza del siglo XX

  • El Ballet de Flandes representa hoy y mañana, en el Central y con las entradas agotadas, la coreografía de Forsythe que se vio en el mismo recinto en 1992

"El mundo está de enhorabuena desde que en diciembre de 2005 una coreografía sin la que no se entendería la historia de la danza ha vuelto a poder ser disfrutada". Estas palabras de Manuel Llanes, director artístico del Teatro Central, ponen de manifiesto la relevancia artística de Impressing The Czar, la legendaria coreografía de William Forsythe que hoy y mañana pone en escena -con las entradas agotadas- el Real Ballet de Flandes.

Este espectáculo ya se representó en el Central en 1992 -aunque entonces venía interpretado por el Ballet de Fráncfort, dirigido por Forsythe- y se convirtió de inmediato, gracias a su imaginación y su humor, en uno de los momentos más recordados por los amantes de la danza en la ciudad. La directora artística del Ballet de Flandes, Kathryn Bennetts, sostiene que el impacto sobre los espectadores, más de quince años después, va a ser parecido. "Es la misma producción, hemos utilizado los decorados y el vestuario de entonces y, de hecho, he visto el vídeo de lo que se hizo en la Expo y me he quedado impresionada de lo parecido que es todo", explica la responsable de la compañía.

La vuelta de Impressing The Czar a los escenarios, ese milagro que agradece Llanes, se debe a que Bennetts colaboró con Forsythe durante 15 años. "Lo primero que hice cuando me nombraron directora del Ballet de Flandes fue pedirle los derechos de la obra. Conozco su repertorio y es uno de sus mejores trabajos", afirma Bennetts, quien resalta de la coreografía su complejidad y su humor. "Requiere mucho afinamiento, mucho trabajo en el detalle. Una vez que se estrena tienes que seguir trabajando con los bailarines porque hay muchísimos personajes [la adaptación que se va a ver es para 40 bailarines], pero tiene un sentido del humor sorprendente. Prueba de ello es que Forsythe dice que creó la primera parte en la cocina jugando con sus hijos, todos moviéndose por allí".

Sobre el título de la obra, un repaso a la historia de la danza tramado desde la libertad y la inventiva, Bennetts explica que "como artistas siempre tenemos que impresionar a alguien: al zar, a los políticos, a la gente con dinero para financiar los espectáculos o al público".

Bennets, que dirige la única compañía de ballet clásico de Bélgica, termina celebrando, con ironía, que España no tenga ninguna compañía nacional especializada en clásico. Para ella, "toda Europa está llena de magníficos bailarines españoles, que son abiertos y bien formados, con un carácter que se adapta a la danza clásica".

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