Wild Naif West

Cómics

A lomos de su corcel Rojo, acompañemos a la peculiar protagonista a través de multitud de peripecias

Portada del cómic.
Portada del cómic.
José Luis Vidal

07 de julio 2019 - 06:00

He de confesar que pasé gran parte de mi infancia pegado al televisor. No sé vosotros, pero para mí aquella fue la Edad de Oro de la animación. Todas las tardes, la programación se llenaba de episodios de las series que más me gustaban y que aplaudía: Los dibujos de la Warner, con todo su panteón de inolvidables personajes, encabezados por Bugs Bunny; Hanna Barbera, con aquellos fondos que se repetían una y otra vez como una cinta infinita y personajes como el Oso Yogi y su quejumbroso acompañante, Boo Boo; el despistado Mr. Maggoo o las aventuras del diminuto pero poderoso Super Ratón, que hizo que me comiera el plato de lentejas para vitaminarme…

La ficha

Coyote Doggirl

Lisa Hanawait. Astiberri.

152 páginas. 18 euros.

A través de los años no se ha difuminado mi atracción por la animación aunque, claro, ahora busco otro tipo de productos. Al fin y al cabo, uno ya es perro viejo y no se conforma con cualquier cosa de perfil infantiloide. Es por ello que cuando un amigo me recomendó una serie llamada Bojack Horseman me lancé de cabeza a echarle un ojo. Y he de decir que desde el primer episodio supe que aquel producto estaba destinado para un espectador como yo…

El día a día de ese caballo perdedor, alcohólico, que coquetea con las drogas y carga con el peso de una fama efímera en el Hollywood desprovisto de todo el glamour me fascinó y consumí todas las temporadas en un abrir y cerrar de ojos.

Es por ello que celebro de especial manera que Astiberri publique este comic, un libro de pequeño formato pero que contiene toda la filosofía de Bojack, y eso ocurre porque su creadora es Lisa Hanawalt que tiene mucho, mucho que ver con la serie del caballo actor, ya que es diseñadora de producción y productora.

En esta ocasión, y esta vez en solitario, nos regala la historia de otro animal antropomórfico, Coyote Doggirl, a la que encontramos en las praderas del Salvaje Oeste, cabalgando y manteniendo conversaciones con su caballo, con el que ha forjado una alianza muy estrecha. En la lejanía, unos vaqueros parecen seguirle el rastro, por lo que la hábil chica trata de darles esquinazo, encontrándose de pronto con una situación de todo inesperada, y harto dolorosa…

Pero como todo momento malo tiene algún resquicio positivo, la protagonista despertará rodeada de extraños que, sin querer desvelar su identidad, la van a sanar, a hacerle compañía y, con el tiempo, admitirla como una más en el grupo.

Pero claro, hay una deuda que pagar fuera de la aparente paz que la rodea, por lo que tarde o temprano tendrá que enfrentarse al pasado y, sobre todo, recuperar a su perdido caballo, Rojo.

Creo que con el título de la reseña explico lo suficientemente bien el tono de este cómic, que se mueve en los terrenos de los surreal para, de pronto, da un giro y mostrarnos que esas leyendas de Viejo Oeste también tenían un lado oscuro, sucio.

Pero la autora, ganadora en dos ocasiones del prestigioso Premio Ignatz, con Stay Away from other people y I want you, sabe mezclar con suma habilidad los géneros, y va a conseguir que nos divirtamos con las peripecias se esta chica coyote, que solo busca un camino para regresar a su casa. ¿O tal vez no?

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