El aliento del exterminio

Manuel J. Lombardo

27 de junio 2010 - 05:00

Drama, Bélgica-Francia, 2009, 92 min. Dirección y guión: Philippe Van Leeuw. Fotografía: Marc Koninckx. Intérpretes: Ruth Keza Nirere, Lola Tuyaerts, Afazali Dawaele. Cines: Avenida.

Primera película del director de fotografía belga Philippe Van Leeuw (La vie de Jesus), premio Nuevos Directores en el festival de San Sebastián, El día que Dios se fue de viaje nos traslada, en un tono bien distinto a las heroicidades épico-trágicas de otras cintas ambientadas en el mismo conflicto, a la Ruanda del genocidio tutsi en 1994. Jacqueline, una joven tutsi, se ve abandonada cuando la familia belga para la que trabaja es evacuada por las fuerzas internacionales. Tras pasar el primer día escondida, huye hacia su casa, donde encuentra a sus dos hijos asesinados a machetazos.

Instalado el dolor más profundo en un cuerpo trémulo y silente (estupenda Ruth Nirere, casi sobra decirlo), la película se articula como un tour de force que intenta dar cuenta de esta carga insoportable a partir de la mirada exterior y el seguimiento, en un procedimiento que aspira a borrar cualquier atisbo de dramaturgia en búsqueda de una revelación, una liberación o una entrega ante la imposibilidad misma de seguir viviendo. Van Leeuw consigue ser fiel a su punto de vista y a una puesta en escena en la que prima lo descriptivo sobre lo narrativo. Así, El día en que Dios… se hace fuerte en su rigor formal, en su cámara impresionista pegada a su protagonista, en la objetividad para retratar sin afeites ni palabras (ni músicas) un paisaje hermoso contaminado por el odio y el exterminio, un doloroso periplo existencial que sólo puede acabar de una manera. Lo que tenga que ver Dios con todo esto es ya mera cuestión de fe.

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