Cultura

Las andanzas de Joaquín Sáenz, "un pintor hasta los tuétanos"

  • Juan Bosco Díaz-Urmeneta presenta 'Una poética del paisaje' en un concurrido acto que contó con la intervención del protagonista del libro y de Pepe Soto

Artistas de diversas generaciones y estéticas como Carmen Laffón, Teresa Duclós, Antonio Sosa, Curro González y Enrique Quevedo; responsables de galerías de la ciudad, como Rafael Ortiz, Birimbao o La Caja China, y numerosos amigos, escritores y coleccionistas acudieron anoche a la Casa de la Provincia para homenajear al pintor Joaquín Sáenz con motivo de la presentación de Una poética del paisaje, el sugerente ensayo en el que Juan Bosco Díaz-Urmeneta nos acerca "a la obra extensa de un pintor que ilumina y sintetiza con el gesto preciso la imagen exterior retenida en el lienzo", en palabras del comisario y artista José Soto, que presentó el acto junto a la diputada de Cultura, Guillermina Navarro.

En su intervención Soto, que ha compartido con Sáenz y su esposa Carmela numerosas veladas de franca amistad, discusiones artísticas y cante jondo, destacó "las cuatro etapas enlazadas en el tiempo que atestiguan el crecimiento continuo en la realización de un proyecto creativo cimentado en la más pura tradición pictórica". Se refería Soto a las campiñas y marismas, los interiores de la imprenta de San Eloy, las playas de Conil y los paisajes urbanos de Sevilla, los cuatro temas que Juan Bosco ha seleccionado como períodos significativos del recorrido profesional del pintor en este volumen, el número 92 de la prestigiosa colección Arte Hispalense que edita la Diputación.

Díaz-Urmeneta, que es crítico de arte de Diario de Sevilla, destacó el equilibrio "entre la medida y la emoción" que se da en la obra de este creador en cuya formación no académica se unen lo personal, la vocación y la afición. El autor del libro centró su intervención en "la extensa fortuna crítica que ha tenido Joaquín Sáenz", de quien han escrito los grandes poetas, como Alberto García Ulecia, Fernando Ortiz, José Hierro -éste, en su faceta como crítico artístico- o Felipe Benítez Reyes, que soñó a Joaquín como "visir de Samarkanda, corsario beligerante de Turquía y conspirador del siglo XIX con terno de lino". También destacó "la positiva recepción de sus paisajes, donde siempre hay una nota de inquietud" por los principales críticos de arte, como Antonio Bonet Correa, Quico Rivas o José María Moreno Galván, que hacia 1970 describió a Sáenz como un "pintor hasta los tuétanos". Pero, sobre todo, Juan Bosco reconoció su deuda y su gratitud con el comisario y experto en arte Paco del Río, cuyos textos para la exposición de Granada de 1991 o la amplia monografía que dedicó a sus carteles se cuentan entre las mejores páginas que se han escrito jamás sobre la obra de Joaquín Sáenz, quien cerró el acto emocionada "por la claridad y hermandad con la que Bosco y Soto han tratado mi trabajo" y por esta oportunidad de ingresar en Arte Hispalense, "cuyos primeros volúmenes salieron de nuestra imprenta de San Eloy".

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