Brindis al fuego

Balearic | Estreno hoy en Avenida

Hoy lunes 15 en un pase único a las 19:30h. en cines Avenida, se proyecta 'Balearic' con presentación y coloquio con su director Ion de Sosa.

Una imagen del filme de Ion de Sosa.
Una imagen del filme de Ion de Sosa.

La ficha

*** 'Balearic'. Fanta-terror, España, 2025, 72 min. Dirección: Ion de Sosa. Guion: Ion de Sosa, Chema García Ibarra, Burnin' Percebes, Julián Génisson, Lorena Iglesias. Fotografía: Cristina Neira. Música: Xenia Rubio. Intérpretes: Lara Gallo, Elías Hwidar, Ada Tormo, Christina Rosenvinge, Paula Gala, María Llopis, Luka Peros, Julián Génisson, Lorena Iglesias.

De las muchas familias del último cine español, la de Ion de Sosa, Julián Génisson, Lorena Iglesias, Chema García Ibarra, María Pérez Sanz, Alberto Gracia, Burnin’ Percebes, Leire Apellániz y compañía es sin duda una de las más estimulantes, imprevisibles e iconoclastas, la que más libremente se mueve en los márgenes de la industria, entre los géneros y en una independencia lejos de coyunturas y tendencias, aunque peque a veces también de estar algo ensimismada y prisionera de sus propias excentricidades de autor.

De Sosa actúa además como el pegamento visual más fuerte del grupo en su condición de director de fotografía aficionado a experimentar con las viejas texturas y formatos analógicos y también con todos esos trucajes propios de una concepción artesanal del cine en tiempos digitales. En esta Balearic, su segundo largo tras Sueñan los androides (2013) y rodado tras el premiado mediometraje Mamántula (2023), adopta (Cristina Neira mediante) un setentero, luminoso y colorido Super16-mm panorámico para ponerlo al servicio de una historia partida en dos que anuncia el fin del mundo en un esplendoroso día de verano entre dos casoplones situados en el interior de una indeterminada isla balear. En el primero, cuatro adolescentes juguetones viven una pequeña aventura de intrusión con giro inesperado. En el segundo, un grupo de burgueses adinerados de mediana edad celebran el cumpleaños del patriarca entre sesiones de terapia, recelos mutuos, estatuas de hielo, paellas, cocktails, brindis al sol y otras situaciones más o menos bizarras.

Balearic se sitúa así en algún lugar intermedio entre Jess Franco y Luis Buñuel para desplegar su generoso arsenal de hallazgos, set-pieces, caprichos y sorpresas mientras el calor aprieta, el monte arde, el off de la primera parte resuena en la memoria y los adultos se entregan a una fiesta decadente y escatológica. Habrá quien quiera ver aquí una sátira sobre la lucha de clases y la perpetuación del poder, el desfase generacional o un ajuste de cuentas con cierto cine de la opulencia y el lujo. También quien prefiera quedarse con ese coqueteo con las marcas del terror y el fantástico que impregnan la puesta en escena a plena luz con músicas y atmósferas electrónicas, dimensiones paralelas y un peculiar humor absurdo trabajado desde las frases hechas y el lenguaje vaciado de sentido. De Sosa es capaz de modular su trip apocalíptico y político en apenas 70 minutos, otra virtud esencial para no permitir que el agotamiento aceche a sus hallazgos y ocurrencias.

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