La boca sonriente de la Muerte
XXII Temporada de conciertos de abono. Programa: Suite orquestal nº 4 'Mozartiana', op. 61, de P. I. Tchaikovsky; Sinfonía nº 14 op. 135, de D. Shostakovich. Soprano: Raquel Lojendio. Bajo: Ievgen Orlov. Director: Christoph Campestrini. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Jueves, 10 de mayo. Aforo: Poco más de la mitad.
Suponemos que a la hora de diseñar este decimocuarto programa de abono se ha buscado jugar con los contrastes anímicos y de color, confrontando el mundo amable de la recreación rococó de Tchaikovsky con la reflexión ácida y desprejuiciada sobre al muerte de Shostakovich. Puede funcionar, aunque me sigue pareciendo un contraste excesivamente marcado que puede caer en la descoordinación por parte del oyente, que desde las desentendidas melodías mozartianas, pasadas por el filtro edulcorado de Tchaikovsky, se da de bruces con la Muerte según Shostakovich.
Sustituyendo al director inicialmente anunciado, Campestrini mostró unas muy reseñables dotes a la hora de controlar las secciones, ajustar el empaste y evitar excesivas densidades en el fraseo. La Giga y el Minueto, con todo, sonaron con excesiva blandura y con un tempo algo mortecino, especialmente el Minueto; en cambio, el arranque de las maderas, con el arpa y los violines con sordina de la Preghiera fue de una enorme belleza y de una honda poesía.
Pero donde brilló la batuta fue en la sobrecogedora música de Shostakovich, acentuando la acidez de los violines (gran prestación) y profundizando en la desolación de los Adagios, con la colaboración de una lírica y expresiva Lojendio y de un Orlov de impactantes registro y volumen.
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