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Cultura

"En los conciertos perseguimos la emoción antes que la perfección"

  • Díaz-Latorre y Pedro Estevan recuperan el legado de Gaspar Sanz en el Femás

La figura de Gaspar Sanz (Calanda, Teruel, 1640-Madrid, 1710), compositor y guitarrista barroco, está rodeada de imprecisiones. De la escasa información que ha perdurado sobre su biografía, se sabe que se formó en Italia, una estancia que sería determinante en su manera de entender la música, pero otras pistas existentes sobre él, como una posible licenciatura en Teología por la Universidad de Salamanca, no han podido ser confirmadas por ningún hallazgo. Los tres volúmenes de Instrucción de música sobre la guitarra española, publicados en Zaragoza en 1697, reflejan a un hombre lúcido y adelantado a su tiempo. El trabajo reúne piezas originales para guitarra, variaciones, modelos rítmicos y armónicos, ejercicios con acompañamiento y esbozos que permiten improvisar a los músicos, en un conjunto que sorprende por su marcado carácter didáctico. "Hoy estamos acostumbrados a los libros de texto, pero entonces algo así era algo inusual", comenta el barcelonés Xavier Díaz-Latorre, que ayer interpretó un repertorio del aragonés, dentro del Festival de Música Antigua de Sevilla (Femás), junto a Pedro Estevan. El concierto de la Casa de la Provincia también incluía obras de Francisco Guerau, creador de una producción compleja que supuso un paso adelante en su época en la composición para guitarra, y Santiago de Murzia, artífice de danzas singulares en el marco del Barroco español.

La presencia de Díaz-Latorre y Estevan en el Femás marcó ayer una de las cumbres del festival. Los currículums de ambos encadenan continuas referencias a maestros -Hopkinson Smith, Jordi Savall- y formaciones indiscutibles de la música antigua. Ambos coinciden en la admiración por Savall. "Ha sido el equivalente al Miles Davis de la música antigua, un banco de pruebas que ha dado cabida a todo tipo de músicos", expresa Estevan.

La sensibilidad de los intérpretes les hace buscar, aseguran, "la emoción antes que la perfección", una meta que siguen en el desafío de revivir piezas de música antigua. "Sabemos muy poco de cómo se interpretaba, una partitura es una cosa muerta", considera Díaz-Latorre. "Lo que nos preocupa, principalmente, es que suene natural, que no haya interferencias", añade.

Tanto Díaz-Latorre como Estevan son profesores de la Escuela Superior de Música de Catalunya (Esmuc), pero reconocen que Sevilla es pionera en el rescate del patrimonio sonoro. "Siempre hablo de que Sevilla es uno de los referentes a nivel nacional, gracias a gente como Juan Carlos Rivera o Ventura Rico, que se ha movido mucho. En Barcelona hay un gran elenco de profesores, pero aquí llevan más tiempo trabajando en esta materia", admite Díaz-Latorre.

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