Música El grupo norteamericano fue la estrella indiscutible de la jornada

Y después de Wilco, ¿qué?

  • La banda de Jeff Tweedy protagonizó un memorable concierto en la segunda noche de Territorios Sevilla, en la que también brillaron los veteranos The Jayhawks

Con el lógico cambio en el perfil del público respecto a la jornada anterior, Territorios Sevilla volvió a registrar la noche del viernes una considerable afluencia de espectadores, en buena medida atraídos por la presencia en el cartel del que sin dudas es hoy por hoy, y desde hace ya bastantes años, uno de los grandes nombres del rock norteamericano, Wilco.

Por petición expresa de éstos, el grupo encargado de abrir la velada en el escenario principal del festival, acompañantes en varios de los conciertos de la gira española de la banda norteamericana, fue Akron/Family, con nuevo y brillante disco recién salido del horno. Precisamente en torno a Set 'Em Wild, Set 'Em Free giró la mayoría del repertorio de su actuación, ajustado muestrario de la diversidad estilística acaparada por el ahora trío desde la salida de su antaño compañero Ryan Vanderhoof. Se trataba pues de la misma formación que hace un año pisó las tablas del Teatro Central, aunque con una notable diferencia respecto a aquella ocasión: como ya se apuntó en la reseña de su nuevo álbum, los ecos del freak folk, aún sin desparecer por completo, pierden peso a favor de unos aires africanistas convenientemente asimilados -no, no se trata aquí de seguir la estela de Vampire Weekend- y de una visión psicodélica por momentos agresiva y ruidista.

Así, tras una intro a guitarra y tres voces, River marcaba el inicio real de lo que estaba por llegar: una espiral ascendente de tensión/diversión sólo lastrada por el escaso margen de maniobra en escena del que dispone el trío para interpretar canciones registradas con mayores recursos instrumentales. Aun así, y pese a cierta dispersión, la formación captó la atención de buena parte del respetable y la condujo, al menos a los más metidos, hasta algo parecido al paroxismo con el fundido final entre Everyone is Guilty y MBF.

Con un volumen quizás más bajo de lo deseable, pero con un sonido de limpieza absoluta, Wilco (The Song) dio el pistoletazo de salida al concierto más esperado de la noche, en el que, a diferencia de lo leído en algunas crónicas previas de su gira por nuestro país, Wilco (The Album) sí ocupó una significativa porción del repertorio.

Resulta curioso, y no se puede pasar por alto, que aunque el nuevo álbum de la banda de Jeff Tweedy aún no ha sido editado -se publicará el 30 del próximo mes de junio-, sus muchos seguidores conocen ya al dedillo sus canciones, corean desenvueltos One Wing, You Never Know o la muy beatlemana You Never Know y prevén cada pirueta de las guitarras en la atómica Bull Black Nova. No cabe duda de que es el tipo de público que saldrá corriendo a la tienda más cercana en cuanto el disco esté disponible.

Llamativo resulta también comprobar cómo las reticencias de quienes apuntaron una presunta estandarización del grupo en Sky Blue Sky se disuelven en la fascinación de la escucha en vivo de Impossible Germany, enésima ocasión para disfrutar del ping-pong entre Tweedy, en perfecto estado de forma, y ese enorme guitarrista que es Nels Cline -cuesta destacarlo entre un conjunto tan homogéneo y brillante, pero es que parece de otro mundo-. El resultado final, y cualquiera que estuviera por allí lo atestiguaría, fue esa agradable sensación de contemplar sonrisas de oreja a oreja sin caer en la cuenta de que el observador va de la misma guisa.

Hora y cuarto de hipnosis colectiva sabe a poco, sobre todo cuando la pregunta es "Y después de esto, ¿qué?". Muy difícil. En el escenario CAAC unos recuperados Dogo y Los Mercenarios luchaban contra los elementos, que no otra cosa puede ser compartir horario con Wilco, a un volumen, esta vez, demasiado alto, mientras que de vuelta en el principal, Mark Olson y Gary Louris certificaban con I'd Run Away otro retorno, el de The Jayhawks, amparado en la próxima edición del recopilatorio Anthology.

Que buena parte de su cancionero se desprende del árbol genealógico de The Byrds, Neil Young en solitario incluido, no resta valor a esos temas inmensos, como constató el eléctrico final, con dedicatoria incluida a "nuestros amigos de El Puerto de Santa María, Paco Loco y Muni Camón", encadenando dos cortes del esplendoroso Tomorrow The Green Grass, Bad Time y Miss Williams Guitar. No consiguió borrar el recuerdo de Wilco, pero fue una buena despedida.

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