Estrella y Bustos Tavera cantan ópera en Artillería
Sevilla Ciudad de Ópera ofrece este viernes una amplia selección de la ópera 'L’étoile de Seville' de Michael Balfe en una versión de concierto y con jóvenes valores españoles del canto lírico.
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De las 190 óperas catalogadas hasta el momento con algún tipo de relación con Sevilla, existe un importante conjunto al que podemos llamar “óperas del Alcázar”. Las más conocidas son La Favorite y María Padilla de Donizetti, pero hay casi otras 30 creaciones que hacen de los amoríos de los reyes castellanos en el escenario de los Reales Alcázares la sustancia de sus argumentos. Una de las menos conocidas es L’étoile de Seville, del compositor británico Michael Balfe, estrenada en La Académie Royale de Musique de París el 17 de diciembre de 1845. Con libreto de Hyppolyte Lucas, la ópera se basa, a través de diversas adaptaciones, refundiciones y traducciones en la obra teatral del Siglo de Oro español La Estrella de Sevilla. Atribuida durante mucho tiempo sin apenas fundamentos factuales a la pluma de Lope de Vega, las sospechas exhibidas ya desde los años 20 del siglo pasado por algunos eruditos sobre la intervención o autoría de Andrés de Claramonte han sido taxativamente confirmadas por la investigadora Nadia Revenga García en su tesis doctoral mediante el cotejo informático del texto de la obra teatral con otros más de mil textos dramáticos de la época, arrojando gracias al análisis estilométrico, la conclusión inapelable de que el dramaturgo, actor y director de compañías Andrés de Claramonte es el autor único de La Estrella de Sevilla.
Se trata de una ópera netamente belcantista de notable inspiración melódica y brillantemente escrita para las voces
Como consecuencia paralela de este análisis se deriva también la plena confirmación de la responsabilidad de Claramonte en una comedia tan esencial como El burlador de Sevilla, origen de medio centenar de óperas que hacen de don Juan Tenorio su personaje principal. En torno a 1615-1617 debió escribir estas dos obras Claramonte, por entonces afincado en Sevilla y vinculado con familias poderosas de la ciudad como los Ulloa o los De la Cerda y, por ello, familiarizado con los problemas y tensiones políticas en el seno del gobierno municipal y en sus relaciones con el poder real. Porque ambas comedias pueden ser entendidas como la escenificación de una de las cuestiones políticas más candentes en aquellos años: la corrupción del poder, los abusos de los gobernantes y su influencia en la corrupción de la moral social y política. De esta manera, si El burlador de Sevilla acentúa el mensaje en la perversión moral de la aristocracia protegida por un rey (Felipe III) despreocupado por el gobierno y por un valido (Duque de Lerma) sólo atento a su lucro personal, La Estrella de Sevilla pone sobre las tablas las consecuencias del poder caprichoso de un monarca mal aconsejado por su privado. Aquí, la pasión sin freno del rey Sancho IV El Bravo por la joven sevillana Estrella Tavera lleva al asesinato del hermano de ésta, el famoso Bustos Tavera a cuyo nombre se rotula la calle que desemboca en Santa Catalina. Es una auténtica tragedia sin final feliz como solía ser habitual, sino con un final amargo con un rey avergonzado por sus actos ante la lección de integridad moral y política recibida de los nobles sevillanos frente a la lenidad del valido don Arias.
La obra de Claramonte fue refundida a principios del XIX por Cándido María Trigueros y esa refundición sirvió para la traducción francesa de Pierre Lebrun sobre la que Hyppolite Lucas elaboró su libreto para la música de Michael Balfe. Se trata de una ópera netamente belcantista de notable inspiración melódica y brillantemente escrita para las voces, no en vano Balfe era también cantante profesional con amplia experiencia en los teatros italianos, franceses e ingleses. Pero también ofrece ese perfil nítido de la grand-opéra francesa, con largos números entrelazados, recitativos melódicos que se abren en arias o dúos para conducir a coros y grandes escenas de conjunto y con una muy elaborada participación orquestal.
Para la ocasión, la Academia Internacional de Canto Sevilla Ciudad de Ópera, proyecto paralelo y complementario del Festival Sevilla Ciudad de Ópera (que se desarrollará entre septiembre y octubre bajo la dirección artística de Francisco Soriano) ha programado una amplia selección de este título que será interpretada por las voces de Javier Povedano, Pepe Hannan, Silvia Arce y Paula Ramírez, acompañados al piano por Manuel Navarro Bracho. Se trata de jóvenes voces galardonadas en diversos concursos, entre ellos el Certamen Nuevas Voces Ciudad de Sevilla, todas ya con amplia experiencia profesional sobre la escena. El concierto (este viernes a las 20:30) estará precedido por una conferencia a cargo de Julián Jesús Pérez Fernández, especialista en la obra de Balfe y autor de la edición de la partitura para canto y piano de L’étoile de Seville que la Universidad de Sevilla está próxima a publicar. Se cierra así el círculo de investigación, edición, difusión e interpretación imprescindible para dar a conocer y proteger este patrimonio inmaterial y simbólico que hace de Sevilla una auténtica Ciudad de la Ópera.
Las entradas se pueden adquirir en https://icas.sacatuentrada.es/
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